Durante las noches de Luna llena, la jungla guatemalteca está más viva y activa que durante el día. Por la noche aquí no hay oscuridad total, los rayos luminosos de la Luna penetran el follaje y dan luz a los animales que por allí pululan. Pero no es lo que se ve con los ojos lo que da más vida a la jungla, sino los sonidos, sobre todo el sonido sobrecogedor de rugido del jaguar.

El alma se te encoje la primera vez que escuchas el rugido del jaguar, tú estás en la selva tan ricamente dormido cuando de repente se oye el terrible rugido del jaguar, el ombligo se te aprieta para adentro cuando el temido animal deja escucha su voz.
Oiga D Tito ¿pero cómo supo Ud. que era un jaguar? ¿Acaso lo vio?
-Si lo veo me muero del susto, ya bastante susto tenía oyendo los tremendos rugidos que no pararon de sonar durante muchas horas.
Supe que era el jaguar por su sonido que me recordaba al sonido que emiten las flautas de Balam que ofrecen los vendedores ambulantes de Teotihuacán, que se te acercan por detrás y soplan la flauta que tiene la forma de una cabeza pequeña de jaguar, y casi siempre te meten un susto que no veas. Ese sonido de la pequeña flauta resulta inquietante y te sube la adrenalina, ¡vaya! que te mete un susto, y eso que es una flauta de madera mucho más pequeña que un puño.

Cuando escuché el rugido del jaguar de verdad, en plena noche, en medio de la jungla, no me asuste, sino que me quedé aterrorizado. Era el mismo horrible sonido de la flauta pero aumentado cien mil veces. Es tan poderoso y tienen tantos decibelios el rugido del jaguar, que se oye a kilómetros, tiene más sonido que la Caballé.
No sabría escribir bien la onomatopeya del rugido del jaguar, poca gente sabe cómo, pero es un sonido largo, profundo y aterrador, baste imaginar el sonido de los gatos en celo y aumentarlo miles de veces, más ronco con una profunda aspiración y largo, mucho más largo. ¡!!!Aaauuuurrrggggggghhhhrrrrrrr¡¡¡¡¡
De noche, en la jungla, te quedas con los ojos abiertos como platos, y piensas que esa puede ser tu última noche, la última noticia de una pareja de astrólogos que fueron devorados en la selva guatemalteca por meterse en lugares indebidos.
En la revolución solar de 2010, se me quedó Plutón dos grados por debajo del Ascendente, me reloqué en las Azores para sacarlo de la Casa XII, pues estaba formando una sesquicuadratura con Venus y esa influencia podría escenificarse a través de perjuicios para mi amor, para mis hijos o para mi nieta, así que me fui a Azores para dejarlo en un lugar donde su naturaleza adquirida no señalara penurias, enfermedades o pesares, para mi seres queridos.


Nunca más me dejaré Plutón tan cerca del Ascendente, fue un año terrible y muy destructivo para mí y para las personas de mi entorno, no haré historia sobre ello, pero cada vez que el atacir de Plutón ha pasado por encima de un planeta ha ocurrido algo terrible o simplemente he borrado a alguien de mi Ning o de Facebook, este año he acabado con muchas cosas y muchas cosas han acabado para mí, incluyendo a mi madre que ha muerto y alguno de mis amigos que han dejado de serlo.
El jaguar rugiendo en la noche y el Atacir de Plutón a punto de llegar al Ascendente de la revolución del año. ¿Susto o muerte? Pensé. -¡Ay dios mío! que sea sólo susto.


Las hojas grandes del follaje parecían menearse al ritmo de los latidos de mi corazón, mi mente pensando en las posibilidades que tengo de servir de cena de media noche al jaguar.
¿Al jaguar le gustan los titos o las lolis? -No, al jaguar le gustan los venados, los monos aulladores y sobre todo los pavos, unos pavos igual que los de navidad pero con las plumas de color del pavo real, unos pavos riquísimos.

–Antes de acostarme he visto merodeando a un grupo de dos pavos bien hermosos y media docena de pavas, un poco más flacas pero buen bocado para el jaguar. He pensado que si yo fuera jaguar me comería una o dos de esas pavas y dejaría a los titos y las lolis en paz. Eso me ha tranquilizado un montón. Pero el susto no me lo ha quitado nadie. –Esa ha sido la última escena de la influencia de Plutón.

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