Cada vez que la Luna llega a la “altura” de Sol, ocurre una lunación, y un par de veces a año suceden eclipses. El día 2 de enero de 2022, la Luna llega a la altura del Sol y se produce la primera lunación del año, el inicio del primer mes lunar, de los 13 meses lunares que  tiene el año.

Una lunación es como una nueva “pedaleada” a la bicicleta de la vida social de cada lugar del mundo, y cada país tiene su “bicicleta”. -Por comparar la carta del cielo de la lunación de cada país, con una bicicleta. Hoy me ha dado por ahí. Y todo es para que se entienda.

Hay tantas cartas del cielo de la lunación como países soberanos. Una “bicicleta” para cada país, y al igual que las bicicletas, cada una va a su ritmo.

En la carta del cielo de la primera lunación calculada para México, la “bicicleta” mexicana arranca a buen ritmo, un primer mes muy competitivo y activo para la población mexicana en general. Y eso es así porque este mes tiene Ascendente en Aries, un poco ariscos, pero muy emprendedores, activos y con ganas de trabajar.

El Sol y la Luna están prácticamente en el Mediocielo, y eso induce a pensar que este mes de enero, México va a tener un protagonismo especial. El planeta Marte, que es el regente del mes lunar, está ubicado en la Casa VIII, formando cuadratura con Neptuno en la Casa XII.  -El significado de esto me lo salto, porque que no me apetece ser cocreador de nada desagradable, así que me lo salto y a otra cosa mariposa, que esto es gratis.

Una configuración de interés que también afectan a otros países, son los Partes arábigos de la Casa XII, el escenario de todo lo que ocurre en los hospitales y todo lo relacionado con el confinamiento. Por un lado está el Parte arábigo de las enfermedades víricas, abreviado, el Parte del virus, que es el que extrae del arco de separación entre Plutón y Saturno, y se resta del al Ascendente.

-Este Parte arábigo comenzó a estar en la Casa XII de las cartas del cielo de las lunaciones a partir del mes de febrero de 2020 y estará hasta bien entrado en el año 2023. Lo que significa que todas las lunaciones, además de las carta del 0 Aries, y cada una de las revoluciones solares o lunares de cada uno de nosotros, el Parte arábigo del virus, estará en la Casa XII de todas las personas del mundo.

-Mientras el Parte arábigo del virus esté alejado más de dos grados de cualquier planeta, no hay riesgo que señalar.  Pero si el Parte está a menos de dos grados del Sol, la Luna u otro planeta, el riesgo de contagio es muy alto.

Este mes de enero, en CDMX y su meridiano cercano, el Parte arábigo del virus, no parece tener mucha importancia-Sin embargo si calculamos este mismo cielo para Sinaloa y el oeste de México, allí hay señal de riesgo porque el Parte arábigo del virus está sobre el planeta Neptuno. Eso mismo ocurrirá a lo largo de ese meridiano dentro de EEUU, desde Nuevo México hasta Montana. Esa es zona de riego. -En el Yucatán no se ve riesgo.

En México se ve venir un mes dinámico y tranquilo (esta es la paradoja mexicana) hasta llegar los últimos diez días de enero, donde todo se agita como un hormiguero. Probablemente México será líder en la recuperación económica latino americana, un país donde el que puede, hace lo que le da la gana. México comienza el año pisando fuerte, y el bicho de hace fuerte en el oeste.

Por otro lado el Parte arábigo de la Vida Social, el que se extrae del arco de separación entre Júpiter y Saturno y se resta del Ascendente, también se localiza en la Casa XII, el escenario de los confinamientos, en este caso confinamientos sociales, que afecta a todos los lugares del mundo, en unos sitios más y en otros menos, por la misma regla que el Parte anterior.

En México, el Parte arábigo de la Vida Social no se ve efectado en especial, ni en enero,  ni en febrero- En marzo sí. En la lunación del mes de marzo, el Parte de la Vida Social estará justo en el mismo grado del planeta Urano, en Tauro, que está en la Casa XII y eso tiene un significado de cursos de astrología en lugares preciosos y aislados. Como el Maraton de Valle de Bravo u otros eventos semejantes.  –¡Huy! que se me llena la sala y cabemos pocos.

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