La palabra destino se puede entender como lo que nos sucede por disposición de la Providencia, es decir por una disposición anticipada que conduce al logro de un fin. Cada persona, al nacer, por hacerlo bajo un cielo determinado, adquiere una disposición anticipada para lograr una serie de metas o fines en su vida. Sin embargo, la mayor parte de las veces no se cumplen esas disposiciones anticipadas, no se logra alcanzar el destino que la Providencia tenía dispuesto para cada persona, ocurre igual con las semillas que esparce el viento.
El destino personal, por sutil, es extremadamente frágil y muy difícil de cumplir, de tal manera que la gran mayoría de las personas se sienten muy alejadas de las metas que el destino les tenía preparadas. ¿Porqué ocurre eso? ¿Cuál es la causa que hace que no se cumpla la mayor parte del destino personal?
Una de ellas, y quizás la que afecta a un mayor número de personas, son los gobernantes. Un ejemplo claro lo tenemos en Cuba, donde una serie de viejos decrépitos, muchos de ellos con demencia senil, han estado durante años decidiendo por su pueblo, por todas las personas que habitan en la Isla. Estos tétricos y decadentes personajes han impedido que las personas que están bajo su yugo cumplan su destino. ¿Cómo voy a pronosticar un viaje por avión al extranjero a un cubano que está preso de estos comunistas trasmochados? .
Por mucha influencia que tengan Júpiter y Urano en la carta de los cubanos que viven en Cuba, el destino de viajar no se puede cumplir, al igual que muchas otras facetas del destino. Dentro de poco tiempo le ocurrirá lo mismo a los venezolanos que viven en Venezuela bajo el gobierno de Nicolás Maduro. Si una nación esta gobernada por un cretino que además es imbécil, está perdiendo una buena parte de su destino, ya no podrá organizarse el fututo que uno quiere, sino que tendrá que adaptarse a la imbecilidad de su gobernante.
–Oiga, ¿Pero hace falta insultar al presidente de un gobierno elegido democráticamente? -Si, no sólo hace falta, sino que es necesario para comprender el destino que les queda a los venezolanos y lo que se les viene encima, por muy buenas cartas de nacimiento que tengan o por muy buenos tránsitos de Júpiter que les lleguen, están en manos de un imbécil, que es la palabra más suave que me nace para identificar a Nicolás Maduro.
Un gobernante es el mayor destructor de destino que existe. Mientras necesitemos tener un gobernante que nos gobierne, es imposible cumplir con nuestro destino personal. Para que se entienda, si eres empleado, por muy buen empleado que seas, si tu jefe es un putero, le gusta el juego y además es imbécil, tu empresa se vendrá abajo y tu serás un miserable parado aunque seas un buen profesional. Así son las cosas.
Lo peor que le puede ocurrir a una persona es tener alguien que lo gobierne, que le mande o que le dirija, pues eso significa ponerse en manos de otra persona y eso siempre coarta o dificulta el cumplimiento del destino personal.
-Tu eres anarquista, pensarán algunos. -No, soy un filósofo, un tipo de astrólogo filósofo marginal, no milito en ningún movimiento anarquista, ni me fío un pelo de quien dice serlo.
Cualquier dependencia de otras personas, coarta, desvía, limita o anula el destino personal. Pertenecer a un grupo religioso, da lo mismo de la secta que sea – porque todo son sectas- condiciona el destino personal hasta tal punto que casi lo elimina. -Imaginate el culto de los musulmanes; cinco veces al dia se tienen que reunir a pegar cabezazos al suelo. Cinco veces al dia hay que interrumpir la labor natural de cada uno para entregarse a un entrenamiento de lavado de cabeza. ¿Tu crees que una persona así puede cumplir su destino?
Da lo mismo que esté en Gaza, uno de los lugares más horribles y miserable de la tierra a causa de estar gobernados por sarracenos fundamentalistas, que vivir en Arabia Saudita, uno de los lugares más ricos del mundo, donde sus habitantes a causa de estar sometidos a una religión castrante y machista no son personas libres para cumplir su destino. Allí donde imperan y gobiernan las teocracias, el destino personal queda reducido a casi nada. Allí los astrólogos no podemos ejercer nuestro trabajo, primero por que fallaríamos y segundo por que nos matarían a latigazos los hijos de Satanás, esos que proyectan la imagen de ese demonio en quienes no son como ellos.
Aquellas personas que pertenecen a un partido politico, no importa que sea el PSOE que el PP, tienen su destino condicionado a la influencia del partido, tanto en su modo de pensar como en la consecución de metas sociales. Los partidos políticos, todos los partidos y las sectas religiosas, todas las sectas de todas las religiones, son un freno para el desarrollo del destino personal. Nadie puede ser verdaderamente libre si pertenece a alguna secta, aunque sea la «secta de la verdad que conduce al encuentro con Dios», como el partido politico más ideal que imaginarse puede, pues detrás de cada secta o de cada partido hay un personaje peligroso, da lo mismo pensar en Jomeini, en Fidel Castro o en cualquier otro personaje de gran autoridad,. Esos son los peores dañadores del destino individual.
No habrá verdadero destino personal hasta que seamos capaces de despojarnos de todos aquellos que pretenden ser una autoridad moral, económica, cultural o social. Es a causa de los jefes, los párrocos, los imanes, los maestros “espirituales” de todo tipo, que la humanidad ha perdido su capacidad de gobernarse libremente, por eso su destino apenas se cumple.
No creo que se deba emplear la violencia para liberarse de jefes, curas, imanes, políticos, gobernadores y maestros espirituales, bastaría con no hacerles ni puto caso. Pero claro, eso es complejamente imposible, pues la humanidad actual esta mantenida como la niñez, nadie quiere ser adulto, no hay más que ver la moda de los pantalones de camal corto que llevan todos los grandullones..
¿Y entonces? No nos engañemos, está todo perdido, no hay nada que hacer, seguiremos con un destino menguado o muy difícil de cumplir, pero de eso no será responsable ni la Astrología ni el astrólogo, sino las dependencias y sujeciones a las que están expuestas cada persona. En un mundo como este hay que reconocer que sólo tenemos retales de destino….y gracias, porque hay lugares como en Corea del Norte que no tienen ni eso, y todo a causa de su gobernante.
La única libertad que nos queda es la palabra, mientras se pueda hablar tendremos un poco de esperanza y podremos proponer soluciones, una de ellas es la disolución de las religiones y otra la de los partidos políticos, sin esa gente organizando el mundo, todos tendríamos más y mejor destino, pero tranquilos que eso no ocurrirá, esto no es una proclama anarquista, esto es pura utopía.