Cuando pienso en qué hacía antes de usar los atacires, me ocurre lo mismo que cuando pienso qué hacía antes de disponer de ordenadores personales y de Internet. Lo pienso, y se me queda media mente en blanco, la otra sigue pensando.

Y sí, dibujaba cartas del cielo haciendo el círculo sobre un papel, usando como modelo un plato pequeño, una taza, un vaso o lo que me venía a mano. Había efemérides de la Nasa, inglesas y alemanas, donde venían calculadas las posiciones de los planetas, incluyendo Luna y Nodos, día a día. Además había unas tablas marinas que se usaban para conocer el cenit del momento de cualquier nacimiento y también el horizonte naciente. Había tablas de Placidus, de Regiomontano, de Koch, de Campanus y tres o cuatro más, y para acabar de arreglarlo, las Topocéntricas.  Un lío muy grande, unos astrólogos defendiendo un tipo de tablas y otros otras. 

Al final, cuando pasan los años y los astrólogos profesionales tienen que ganarse la vida, como cualquier otro profesional, usan las mejores herramientas, las que ofrecen mejores resultados.  Con el sistema de Casas ocurre igual.  La gran mayoría de los astrólogos profesionales de todo el mundo usan las tablas de Casas sistema Plácidus, salvo cuando hay que calcular cartas del cielo latitudes muy extremadas, entonces funcionan mejor el sistema de Koch.

Por eso antes de disponer de ordenadores todo era muy complicado. El equipo del astrólogo consistía en unos buenos libros de Efemérides; lo suyo era tener las Efemérides americanas, las inglesas y las alemanas. Luego había que tener unas tablas de Casas y un buen Atlas mundial para localizar las coordenadas terrestres. 

-Hoy día habría muy pocas personas haciendo astrología si no fuera por los programas informáticos y el Google Maps. -Con eso ya está todo resuelto, cualquiera puede calcular la carta del cielo de nacimiento de quien sea. Ha sido un avance extraordinario.

Una carta del cielo es como un libreto con partitura musical encima de un piano con la tapa abierta. -Una cosa es ver los garabatos en el pentagrama y otra cosa es tocar la música de la partitura. -Con la carta de cielo de cualquier persona ocurre igual. Una cosa es calcular la carta, y otra “leerla”, interpretarla, o mejor, poner el reloj en marcha.

Porque conviene saber que la carta del cielo es un modelo matemático que se mueve como un reloj.  Las cartas de cielo se mueven por atacir. Ese es el tema, sin atacir las cartas del cielo son relojes parados, quietos, dormidos, sobre los que se puede hablar mucho, pero siguen quietos, no “dan la horas”.

Hacer atacir es mover todos puntos de cielo a una velocidad uniforme, como se mueve el reloj.  Hacer atacir es entrar en la verdadera dimensión de las técnicas astrológicas, la más antigua, y la más moderna al mismo tiempo.

Pienso en mí cuando no usaba estas técnicas y me veo antiguo, desfasado, incompleto, como cuando calculaba las cartas a mano. –Una carta del cielo sin atacires es un reloj estático que puede ser bonito, pero está detenido, quieto, inmóvil.  -Porque eso de los tránsitos, no te engañes, es como los pimientos de Padrón que unas veces aciertas y otras no.

Es verdad que se pueden hacer muchas cosas sin atacires, faltaría más, también se puede hacer muchas cosas sin usar ordenadores ni internet, como cultivar tomates. Pero hoy día no podría estar haciendo lo que hago y llegando hasta ti, si no fuera por los ordenadores y el Internet.  Con los atacires pasa igual, sin atacires no podría estar haciendo lo que hago, es como pasar de viajar subido en burro a viajar en Jet.

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