El astrólogo, al igual que el periodista, el economista o el sociólogo -todos expertos en ciencias sociales- está atento a lo que sucede en su mundo, que es el de todos. Y ahora mismo, lo que ocupa las páginas de la prensa mundial, aparte de la pandemia, son los JJOO de Tokio. El deporte y los deportistas son los protagonistas de este tiempo.

El astrólogo no se dedica exclusivamente a formular pronósticos, en realidad eso lo hace pocas veces. Imagínate que hacer astrología es como jugar al fútbol, y hacer pronósticos es tirar a portería, que unas veces metes gol y otras no.

-Hay quien sólo le gustan los “penaltis” o los “penales”, como les llaman en América, solo les gusta meter goles, solo les gusta meter, no les divierte nada más, y así les va. El resto del tiempo del partido es jugar con la pelota, lo que en astrología equivale a realizar análisis, a estudiar el juego del cielo, a ver jugadas realizadas, a aprender, eso es lo más importante, aprender, el que ya lo sabe todo es un pobre diablo, una pena de persona.  A nosotros nos queda mucho que aprender.

En los último meses he centrado mucho el aprendizaje en dos técnicas milenarias que estaban medio perdidas y olvidadas; Partes arábigos y atacires, dos modelos matemáticos, que cuando se utilizan conjuntamente en una carta del cielo, se trasforma en un “reloj mágico” , y digo un reloj mágico y no se me ha ido la cabeza, ni tengo trastorno mental alguno, digo mágico porque es un reloj de los magos, y los magos no son los prestidigitadores -que los hay muy buenos y merecen todo mi respeto y admiración-. 

¿Quiénes eran los tres Reyes magos?  ¿Cuál era su profesión? ¿Qué tipo de relojes usaban? –Pues eso.

Atacires y Partes arábigos trasforman la inerte carta astral en un reloj mágico, ese es el asunto de mayor interés. -Aprovecho esto del deporte para aprender a usar mejor los relojes mágicos.

-Hay un Parte arábigo que se extrae del arco de separación que existe entre Marte y el Sol añadido al Ascendente y se lo conoce con varios nombres; Parte de la Buena Suerte en las lides, Parte de la Osadía, Parte de la Pasión o del Acecho, Parte de la Lucha o la Guerra y también el Parte del precio del trigo. Todos se refieren al mismo Parte.

Parece claro que el nombre que mejor le sienta a este Parte arábigo para tratar sobre asuntos de deporte, es el de Parte de la Buena Suerte en las lides.

Vamos a analizar la carta del cielo solar, de Fátima Gálvez, medalla de oro en Tokio en la modalidad de tiro al plato. Estudiaremos su carta sin saber la hora de nacimiento, colocando al Sol en el punto de Ascendente, que es una técnica igualmente milenaria y de probada efectividad, para cuando se carece de la información sobre la hora.

Lo de pegar tiros es claramente una cosa de Marte. Fátima tiene a Marte en el primer “decanato” de Aries que es de Marte; los primeros diez grados de Aries son doblemente marcianos y ahí Marte está más potente que en ningún otro lugar del zodiaco.

–Ya sé que hay muchas personas que tienen a Marte en ese decanato y no son deportistas, para que lo sean tiene que haber algún elemento adicional que así lo indique, no es suficiente con tener a Marte en Aries, ni mucho menos, eso es como tener buen músculo en las piernas, que eso no te hace buen futbolista.

El arco de separación que hay entre Marte y el Sol, añadido al Ascendente señala el punto donde está el “Parte arábigo de la Buena Suerte en la Lides”, y en el caso de Fátima se observa que está justo en el mismo grado del Mediocielo, y eso es algo extraodinarios que pronostica una victoria y un premio. 

Los premios se escenifican en la Casa XI y Urano, por su relación con Acuario y la Casa XI, tiene igualmente una relación directa con los premios, por eso Fátima tenía bien escrito en su guión que iba ser premiada en el deporte, en la lides.  

¿Qué te parece?  ¿A que está bien señalado?

-Si me quedara solo con esta explicación, seguiríamos en la astrología especulativa, la que te permite fantasear y contar lo que quieras porque nadie puede discutir nada, aún sin pruebas.  No es el caso. Ahora voy a poner en marcha el mecanismo del reloj de atacires sociológicos, el reloj mágico básico, el más simple de todos.

Voy a poner en hora la carta de Fátima usando los atacires más antiguos que existen, donde todo los planetas, las Casas y los Partes arábigos se mueven de manera uniforme a una velocidad de un grado por año.  En este reloj se dan las horas de todo aquello que deja una huella imborrable en la vida de una persona.  Y recibir la medalla de Oro, para una chica de Baena, la Andalucía profunda, es un suceso que la marcará ella y todo su pueblo por mucho tiempo.  Una cosa así tiene que estar claramente señalada en el reloj mágico de los atacires. Vamos a verlo.

Cuando Fátima recibe el “inesperado y sorprendente” premio de la Medalla de Oro de Tokio, el atacir del Parte arábigo de la buena suerte en las lides, que se acompaña del atacir del Mediocielo, llega hasta el mismo grado del planeta Urano en la Casa XI, el escenario de los premios.

Al mismo tiempo, en sincronía perfecta, el atacir de Urano, que arrastra consigo su naturaleza adquirida en la Casa XI, y lleva consigo un premio, llega hasta el mismo grado del Sol. –Si el Sol fuera un limón y le apretásemos un montón, saldría jugo de limón. Pero el Sol es el oro en formato premio que le ha traído el atacir de Urano.

Y así son y así funcionan a la perfección los relojes mágicos.

-Nunca entenderé que gusto tienen muchos de llevar un reloj sin ponerlo en marcha. Son bonitos los relojes astrológicos, pero lo son mucho más cuando oyes su tic-tac y cuando tañen las campanas de sus horas.

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