Llevo basicamente dos líneas de investigación, la primera es usando los atacires del ciclo de 72 años, el C72,que nace de muntiplicar 6 de Casa VI, el escenario de las enfermedades contagiosas o accidentales y los trastornos mentales, multiplicado por12 que es el número del sistema, eso suma 72, que son la carga de años que lleva este reloj. Y la segunda es usando las cartas del cielo de la revolución del año en el que se contrae la enfermedad. En ambas técnicas se usan los Partes arábigos del virus y el Parte de los contagios. El Parte arábigo del virus se extrae del arco de separación entre Saturno y Plutón y el Parte de los contagios, desde Saturno Neptuno. Esos dos puntos del cielo astrológico son la clave para detectar los contagios del coronavirus.

Veamos en caso de N.O, que me escribía desde Chile y me decía:

“Tuve covid en Octubre del 2020. En chile donde vivo. Nací en Cabimas Venezuela el 25 06.1958 .a las 12.45 pm.

Luego me añadía: «Maestro yo estuve en Venezuela desde el 14 de febrero 2020 hasta el 9.10 del 2020. Llegué a chile y a los 4 días comenzó el covid. Supongo me contaminé en el avión donde veníamos 200 personas sin PCR.”

-En primer lugar voy a calcular la carta del cielo de nacimiento a ver si se observa alguna cosa que se pueda relacionar con el hecho de contagiarse durante un viaje en compañía de otras personas.

En la carta del cielo de N.O, sí que se observan señales claras de que algo así podría ocurrir. El Parte arábigo de las enfermedades víricas está en el mismo grado de Marte en la Casa IX, el marco de todo lo que sucede en el extranjero y durante los viajes. Por otro lado, el Parte arábigo de los contagios está ubicado en la Casa XI, donde salen a escena los viajes en compañía de otras personas, o los viajes en colectivo.

-Hasta aquí todo bien, se puede decir que hay señales claras de riesgo de contraer enfermedades contagiosas mientras se realiza un viaje en compañía de otras personas.

Ahora viene la “prueba del algodón”. Voy a poner en hora el reloj de los atacires del C72, especializado en localizar enfermedades contagiosas, a ver si el día 9 de octubre, cuando N.O. volaba desde Venezuela a Chile y donde ocurrió el contagio, está claramente señalado y no hay duda posible de que el sistema con el que estoy investigando funciona con un Rolex suizo.

Al calcular los atacires del ciclo de 72 años, el que se usa para saber sobre las enfermedades contagiosas, se observa que el día del viaje, el atacir del Ascendente estaba en el mismo grado y casi el mismo minuto que el Parte del los Contagios de la Casa XI, el escenario de los viajes en compañía. -Y la única regla de interpretación de los atacires dice que; «los planetas y los Partes escenifican su influencia cuando les llega el atacir del Ascendente». Como ocurrió en el caso que nos ocupa.

Hay tres atacires más que se suman al ciclo de las enfermedades contagiosas; Plutón sobre Mercurio en la Casa XII, el escenario de las enfermedades; la Luna sobre Plutón en la Casa I, el cuerpo de la persona, y Saturno sobre Neptuno, el planeta de las enfermedades.  Más perfecto imposible para el que lo sepa ver.

Y por último he querido observar la carta del cielo de la revolución solar del año, a ver si hay algún detalle que tenga utilidad y que señale algo tan importarte como es contraer una enfermedad durante un viaje.

En la carta del cielo de revolución anual, el planeta Marte es angular en la cúspide de la Casa IX, lo que significa que ese Marte en la Casa  IX tendrá máximo protagonismo en el año. Marte forma cuadratura con el Sol casi en la cúspide de la Casa XII, el escenario de las enfermedades. 

En este caso como en muchos otros se podría haber evitado el contagio y la enfermedad usado la técnica de la relocación en modo vacuna, para evitar que el Sol estuviera en la Casa XII, y pasarlo a la Casa XI, donde ya no tendría significado de enfermedades.

La vacuna astrológica es la relocación, una vacuna igual de difícil de comprender que la que nos están poniendo a todos. -Entiendo que haya antivacunas y por supuesto comprendo perfectamente que haya «antirrelocación», siempre ha sido así. -Lo malo es que el que se la juega puede morir.