En una tarde lluviosa de primavera, Bologna tiene un aspecto algo triste, gallego diría yo, calles estrechas pobladas de enormes soportales, con altos pórticos de viejo ladrillo rojo, y en cada columna un capitel, un libro escrito para quien lo pueda leer.

¿Qué buscamos en Bologna? Pues lo de siempre, vestigios reales y no especulativos sobre la importancia de la Astrologia en las sociedades más cultas del mundo.

-El dios de los mensajeros es Mercurio, incluso en la cultura Maya que lo llaman Uayayeyab, el dios negro del chocolate, también es el dios de los viajeros, un dios de quien en todas las culturas se erigian templos en las encrucijadas de los caminos para ayudar al caminante a encontrar su destino.

Amplios pasadizos de ladrillo rojo, viejísimo ladrillo de barro rojo cocido, con poca piedra, salvo la de los capiteles de las enormes columnas de los soportales que lo inundan todo.

Lluvia como en Galicia medio año, y calor sofocante el otro medio, como Castilla y Galicia juntas, por eso son necesarios esos soportales que permiten pasear a cubierto por todo el centro de Bologna.

Ahí está, el templo de Mercurio de la época romana reconstruido con el eterno ladrillo rojo de Bologna, ahora ya no es un templo a la antigua usanza, aunque mantiene su púlpito exterior para que su sacerdote representante pueda dictar sus mensajes al pueblo.

El templo de Mercurio está actualmente ocupado por la “Camera di Commercio” quizás el colectivo que mejor representa la influencia de Mercurio.

Estos lugares suelen ser como las casetas municipales de “Información turística” pero a un nivel mucho más sutil. – ¡A ver!, recordermos ¿A qué hemos venido a Bologna? A buscar vestigios de la importancia de la Astrologia, antes de que los talibanes de la Inquisición la emprendieran contra nosotros.

-Bajamos del coche y nos acercamos al templo de Mercurio ahora ocupado por la Cámara de Comercio.

Hay que ver lo que han logrado hacer con puro ladrillo rojo y apenas un poco de piedra para los capiteles y los arcos de las dos ventanas superiores, el resto es ladrillo colocado de las mil maneras para formar orlas y diseños que parecen labrados a mano.

Dos ventanas frontales, dos arcos superiores indican que estamos en un lugar muy mercurial por la dualidad que expresa el edificio.

Los edificios hablan, se expresan, dicen cosas, siempre lo hacen, pero los edificios influidos por Mercurio son más locuaces, te cuentan todo lo que necesitas saber casi sin preguntar, saben lo que tu quieres y ellos te revelan los secretos por el puro placer de hablar contigo.

La puerta está formada por un arco ojival y que tiene una cenefa amplia acabada en orlas pefectas formadas por ladrillos rojos cocidos que tiene una forma especial adecuada para formar la orla.

Entre la puerta y la orla hay 15 dibujos gravados en manera y cada uno de ellos tiene un significado secreto, neptuniano, en estos momentos.

Alzamos la vista y aparece un reloj de tamaño considerable que tiene en cada uno de los cuatro ángulos a la representación de los cuatro elementos o de los cuatro evangelistas.

Sobre el triángulo superior hay un ángel que lleva una bola en la mano izquierda y el dedo índice de la derecha alzado representando a la deidad de Mercurio, disimuladamente cristianizado -es una representación de Mercurio muy similar a la que se puede ver en el libro de “Astrología y Magia” de la Escuela de Alfonso X el Sabio, que fue guardado en el Vaticano.-

Si nos fijamos un poco más, si profundizamos en la imagen del reloj, ocurre igual que cuando miramos por un microscopio o un telescopio, al agrandar la imagen aparecen detalles imperceptibles que nos revelan lo que estaba secreto, eso es lo que se descubre a ojos del investigador.

Resulta que el reloj de la puerta del templo de Mercurio de Bologna, no es un reloj normal, sino un reloj astrólogico en cierta medida parecido al de Venecia, con unos dibujos de los signos zodiacales únicos, siendo el de Acuario el que me parece más original de todos pues muestra a una sirena con un cántaro de agua. Y los signos de Aries y Tauro enfrentados en un zodiaco que circula al revés o de manera especular. En el interior del círculo del reloj están plasmadas las estrellas más importantes del cielo zodiacal.

¿Hay vestigios astrológicos en Bologna? La respuesta es sí, en muchas partes y especialmente el Palacio de la Cámara de Comercio y en algunos capiteles de esos interminables soportales que llenan todo el centro de la ciudad.

Aries 1577

Capricornio 1581

Leo 1583

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