La salamandra es una manifestación viviente del fuego: En la mitología griega al fuego hay que buscarlo a través de Prometeo. Platón nos narra una leyenda que dice que de la unión del cielo y de la tierra nació un hijo que se llamaba Japeto y éste tuvo dos pares de hijos: Menecio y Atlante que fueron castigados por Zeus, el primero fue sumergido al fondo del Erebo y el segundo, condenado a soportar sobre sus hombros la bóveda celeste, por otro lado aparecen Epimeteo y Prometeo. Epimeteo significa el que hace y luego reflexiona y Prometeo significa el previsor, el que reflexiona antes de actuar.

La parte central del mito griego sobre la creación, se representa a través de estos dos hermanos creadores, Prometeo que crea con barro y agua al ser humano y otro que crea a todas las bestias.

En su encuentro con la obra de su hermano, Prometeo descubre que los animales que ha creado Epimeteo poseen todo cuanto necesitan para vivir y para defenderse, mientras que el ser humano es débil, está desnudo, abandonado a sí mismo, sin armas, sin defensas naturales, sin recursos.

Prometeo discurre la forma de reparar esta negligencia, para ello recurre a apoderarse de una chispa de fuego y la ofrece a la humanidad. A partir de ese momento, ese ser débil aparece dotado de inteligencia.

El fuego es el elemento que nos separa de los animales, el ser humano es el único animal que opera, utiliza o maneja el fuego, luego el fuego es el más humano de los elementos, el que más nos distingue como especie viva. El fuego es análogo a la inteligencia creadora y destructora, el fuego es sinónimo de la fuerza que se origina en el plano de las ideas. Cuando decimos: !tengo una idea¡ es como si se encendiera una bombilla en nuestra cabeza, de hecho, la bombilla es una representación del concepto de idea en los comics. La idea es el fuego, la comunicación de la idea es del aire, las sensaciones que se perciben de las ideas es el agua y la materialización de la idea es la tierra.
Los cuatro elementos forman una sola unidad, pero todo se inicia en el fuego, el Universo inicial es puro fuego en expansión, el fuego como luz y calor es el principio fundamental de la vida, el semen fértil que fecundará al agua y a la tierra, el principio masculino primordial.

La sensación que se tiene la primera vez que se encuentra uno ante una obra de Gaudí es de que te quedas “flipado”, es decir, te sorprendes y te maravillas porque lo que estás viendo no es “normal”, es como salido de un sueño, de otra realidad, esto es lo que se siente ante cualquiera de sus obras, son como una luz, un fuego, que eclipsa todo lo que se ha visto antes.
La salamandra es el mítico animal de fuego, que vive en el interior del fuego. El fuego y la llama que acompañan a muchas de las representaciones de las manifestaciones divinas, el fuego o llama sobre la cabeza  y cualquier experiencia del encuentro con Dios, están asociadas al fuego, la luz y la iluminación. -Se dice de una persona que ha tenido una experiencia divina, que se ha iluminado, que ha llegado a la luz.-
La salamandra se alimenta de fuego, es una representación del simbolismo del fuego, de la luz. La luz se hizo para Gaudí, encontró o robó para sí el fuego sagrado de la creación en cada una de sus obras.
El Dragón o la salamandra representa también al guardián de los tesoros ocultos, como guardaba el Dragón alado el Árbol del Jardín de las Hespérides, que en realidad el tesoro que guarda es la Astrologia.

El jardín de la Hespérides que Gaudí construye en el parque Guell es como un enorme representación teatral, donde están representadas las escenas más importantes del mito. El dragón o la salamandra, los dos seres míticos están asociados al fuego, no hay que olvidar que el dragón tiene la virtud particular de tirar fuego por la boca.

En el Parque Guell hay varias representaciones de la salamandra o del dragón, del fuego creador que abrasa el alma de Gaudí. La primera representa al dragón guardando el cielo estrellado y también la bandera de Cataluña, esta representación se escenifica con el «dragonet».

Para poder entrar en el jardín de las Hespérides primero hay que enfrentarse al dragón, tal y como lo hizo Hércules. El dragón representa a las fuerzas creadoras del fuego interno que tienden a fluir de modo natural a través de las diferentes maneras de entender el amor sexual pero que también pueden fluir a través de la creación, de cualquier tipo de creación.

El dragón tiene que ser sacrificado y para escenificar esa representación Gaudí usa la imagen de un sacerdote atlante que sacrifica al dragón secretamente, de modo tan secreto, que pasan millones de personas delante de la escena y no ven más que al dragón o la salamandra, para el vulgo, el sacerdote atlante es invisible y secrero, como tienen que ser los verdaderos secretos, que son tan secretos que estando a la vista permanecen ocultos.

Cuando asistimos a una representación teatral a un teatro, podemos ver «su realidad» de dos formas; una sentados en las butacas de patio y otra metiendos por la tramoya y observando desde atrás del escenario, eso vamos a hacer ahora. 

¿Que se ve en esta foto?  ¿Qué eres capaz de ver en esta foto?   .

Eso que se ve ahí es la representación de la muerte del dragón por parte del sacerdote atlante que tiene sus brazos alzados en señal de clavar al dragón. -Esto es lo que se puede ver con otros ojos y con otra perpectiva.

Desde la primera fila del patio de butacas, la realidad es otra, el sacerdote atlante desparece, se invisibiliza y deja de existir en el plano de los visitantes normales toma protagonismo la salamandra.

El dragón o la salamadra es al mismo tiempo una representación cielo semejante a la de la deidad maya Itzamná. pues es su piel se representan estrellas y puntos dorados emulando las manzanas doradas del conocimiento que está en el cielo. En esta foto, aún estando presente, el sacerdote atlanta está invisible, ausente, todos miran pero no lo ven.

Atado o vencido el dragón se entra en templo Hipólito, el templo de las columnas de Hércules contruído para los mercaderes, un templo donde nadie venga a explusarlos a latigazos. 
-El templo consta de 89 columnas, tantas como años se supone que vivió el héroe, son columnas dóricas colocadas en una simetría verticales las del interior e inclinadas las exteriores, pero no representa al templo de Jehová donde fueron expulsados los mercaderes. Es un templo donde Jehová no está representado, es un templo para los mercaderes.La Sala Hipósita, diseñada por Gaudí estaba destinada a ser el mercado de la Ciudad Jardín. Esta es una de las paradojas del pensamiento de Gaudí, para quién en estos momentos su dios, su mecenas, quién le permitía ser un creador era un comerciante que representaba el espíritu catalán. Tal como hace con las farolas de la Plaza Real donde está representado el Dios del comercio tan relacionado con la ciudad.

Los plafones del techo tienen un rico contenido simbólico, representa las manzanas doradas que están el cielo, las estrellas y galaxias del firmamento, los frutos de la sabiduría del Jardín de las Hespérides representados en las estrellas de 20 puntas que hay ..en el cielo del templo de los mercaderes.
Los alquimistas, en el Opus Magnum, dicen. “Dad a nuestro dragón viviente el león feroz para que lo devore.”

Toda la cornisa de la terraza que recubre el templo de los mercaderes, está repleta de cabeza de leones.

Sobre techo del templo Gaudí construye un cielo, el cielo del jardín de las Hesperides guardado y protegido como siempre por el dragón guardian, el dragon serpiente, el Quezal coalt de los americanos, el dragón que representa al zodiaco por donde se mueven los «dioses» del destino.

La bancada del dragón zodiacal que encierra la enorme terraza que permite ver el cielo abierto, es un enorme zodiaco que se escenifica a lo largo de toda la bancada.

El serpenteante banco ondulado de la terraza mantiene esa visión triple y muestra la triada de verde, azul, y amarillo, que para Gaudí, representaban el equivalente cromático de las virtudes teologales, fe, esperanza y caridad.
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Todo el banco está repleto de pequeños mensajes, series de números en los fragmentos de baldosas, la cruz de Lorena, estrellas, mariposas, flores de lis que parecen moverse conforme avanzamos con la mirada. Un jardín de piedra incrustado en la bancada y signos zodiacales en la parte posterior, comenzando por Aries, y en el que destaca el signo de Cáncer.

Otra de las representaciones del Dragón es el Ouroboros, la serpiente alada que se como la cola, que simboliza el transcurso de los años y el retorno al origen.

Salamandra, dragón alado y serpiente se funden en un mismo símbolo, tanto Hércules como la serpiente tienen acceso a la manzana o las naranjas de oro, el fruto prohibido, la fuente de la creatividad, así debió sentirse Gaudí cuando diseño las ondulantes bancadas de la terraza superior del Parque Guell
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En la escena más importante de la obra del Parque Guell la salamandra o  el dragón es siempre el protagonista principal, por eso Gaudí tuvo la gentileza de construir un dormitorio para el dragón

El Parque está diseñado conforme al simbolismo de la trinidad. Gaudí explicaba que la inteligencia del hombre sólo puede actuar en un plano, es de dos dimensiones………pero la inteligencia angélica es de tres dimensiones, actúa directamente en el espacio.

Tal como construye y diseña las nuevas cruces que culminan muchos de sus tejados como el de la entrada a esta Nueva Jerusalén.
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El parque es un peregrinaje simbólico y espiritual. Hay construido todo un Vía Crucis que culmina en lo más alto del monte que hay detrás de su casa.

Se ha hablado de Gaudí con diferente tono, unos lo han tildado de loco, otros de genio, de santo y otros dicen que su extremada dieta vegetariana, su abstinencia sexual y el consumo de amanitas, puedo contribuir a despertar su tercer ojo y su visión tridimensional de las cosas.
Es sintomático que a la puerta de este tercer Jardín de las Hespérides, en las cúpulas de la entrada, aparezcan dos enormes y bien diseñados hongos parecidos a la amanita muscaria. 

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