Un día más me he sentado delante del cofre donde se guardan los relojes mágicos y me ha ocurrido como a Pandora, he sentido una atracción irresistible de fisgonear, con la ventaja de que a estas alturas de abrir la caja, ya se que ahí dentro están todos los relojes que señalan todas las horas de todas las cosas de mundo, todos los males y todas las desgracias del planeta están ahí dentro, Pandora no lo sabía, no es mi caso que si lo sé y tengo que tener mucho cuidado con el reloj mágico que ponga en marcha, no vaya a ser que se me salgan todo los males futuros del mundo juntos.
Abro la caja con cuidado, y en lugar de coger un reloj al azar, voy a buscar el reloj de las «enhorabuenas» que en ese reloj solo se dan las horas buenas, y así nos evitamos disgustos que ya están las cosas bastante mal como para agravarlas.
Vamos allá, voy a a poner en marcha el reloj de las «enhorabuenas» el que se forma cada vez que el planeta Venus se junta con Júpiter en el signo de Piscis, donde ambos planetas tienen dignidad y por ello, en sus atacires, dan lo mejor de sí, y van dando las buenas horas del mundo, que venden menos, pero traquilizan mucho.
Abro la tapa del reloj mágico de Venus y Júpiter en Piscis, conecto el automático para que nos lleve a próximo «Atacir Unviersal» interesante, y a ver donde nos lleva.
Si centramos la atención en el grave problema que ha supuesto la enfermedad causada por el Covid 19, y pensamos en horas buenas, en «enhorabuenas», podemos imaginar una notable mejora mundial, una mayor protección social, que se puede asociar con la aceleración de la vacunación en las personas jóvenes y la llegada masiva de vacunas a los países económicamente más débiles. «Enhorabuena» por el envío de vacunas, «enhorabuena» por la inmudidad de rebaño en muchos países. Cuarenta astrodinas de enhorabuenas para la llegada de septiembre, no está mal.
-Está será la última descarga de horas buenas de este reloj. En abril se termina su carga de tiempo y comenzará un nuevo ciclo de «enhorasbuenas» que nos harán más agradable lo que nos queda de década gloriosa. Eso lo veremos en otra «apertura de caja».