A lo largo de estos dos años de pandemia, la humanidad en su conjunto ha aprendido muchas cosas; los científicos de verdad -no los científicos de pacotilla en los que se escudan los malos políticos que nos gobiernan- han avanzado mucho en sus investigaciones sobre los virus. Las vacunas, que no son vacunas, sino refuerzos o estímulos de nuestras propias defensas, han salvado millones de vidas. Es cierto que ni la vacuna, ni el haber pasado la enfermedad impiden un nuevo contagio. Pero no quiero pensar lo que hubiera ocurrido sin vacunas. Cuento en mi experiencia personal con la muerte de personas cercanas que no se quisieron vacunar. En mi mente de astrólogo el virus es de Plutón, cuya naturaleza es mortal, y Júpiter son las vacunas.
Entiendo perfectamente el trastorno que les causa este tema a los antivacunas, lo se sobradamente. De joven quise ser psiquiatra, y cuando descubrí el pastel, es decir me di cuenta del trastorno generalizado, super abundante e imposible de diagnosticar de la especie humana, me retiré del proyecto. Hay más «trastornado/as» que cuerdo/as y están por todas partes, cada día tengo más miedo, porque están trastornados pero son listos, incluso más listos y listas que las personas normales y están en todas partes, acojonado me tienen.
Bien, bueno, a pesar de estos –que seguro que ahora viene alguien a amonestarme, no lo pueden remediar, necesitan que se note su inconformidad con lo que sea, eso forma parte de su trastorno, que tiene mucho que ver con una Lilith mal integrada- pues a pesar de ellos, los científicos de verdad están haciendo un excelente trabajo. –También hay otros que están haciendo grades negocios. También, si, siempre ha sido así, y tú con ideas bonitas no lo vas a cambiar.
Y a finales de enero de 2022 la fiesta del virus no se ha terminado aún. En Israel van por la cuarta vacuna. -¡Ay! No es justo, no es justo, países que no tiene puesta ni la primera y otros que va por la cuarta.
–Así son las cosas y en mi mente de astrólogo veo las cosas de otra manera, sin juicios morales. Astrológicamente hablando los judíos son de Júpiter, el antiguo Jehová ……….oye Titín que te la vas a cargar. –Me da lo mismo, en mi opinión y después de decenas de años de ardua investigación, los judíos están bajo el manto de Júpiter, los protege Júpiter y a los musulmanes Saturno, y le dan vueltas a una piedra negra, y me callo ya que estos se enfadan por “na”.
El caso es que las vacunas son de Júpiter y el virus de Plutón. Y ahora va. -Igual que los científicos han avanzado, han logrado nuevos descubrimientos y han encontrado nuevas soluciones a los nuevos problemas, los astrólogos también. En mi caso he “descubierto”, he hallado o dilo como quieras, el Parte arábigo de las enfermedades víricas y mi colega brasileño Américo Ayala ha descubierto el Parte arábigo de los contagios. Dos elementos nuevos que nos ayudan a comprender el fenómeno de la pandemia desde una perspectiva diferente y eficaz, si se sabe usar.
El Parte arábigo de la enfermedades víricas se extrae del arco de separación entre Saturno y Plutón y se añade al Ascendente. De igual manera que el Parte arábigo de las enfermedades o Infortunio se extrae del arco de separación entre Saturno y Marte y se añade al Ascendente.
-Oiga don Tito eso es un lio y sino dígame como funciona.
-Entender la influencia de los Partes arábigos es muy fácil si pones la mente en modo reloj, que es lo que son las cartas del cielo astrológico. Mira la carta como un reloj que se mueve a una velocidad uniforme, como el reloj normal. Piensa que Saturno se mueve por atacir, así se le llamaba a este movimiento. Saturno en su movimiento por atacir habrá un momento que llegue a donde está Marte o donde está Plutón. -Imagínate un clavo y una maza en el momento de dar el mazazo. ¿Te has pegado alguna vez un martillazo en un dedo? Pues eso es el Parte del Infortunio, una señal de tráfico que cuando Saturno llega a Marte, el atacir del Ascendente, que también se mueve a la misma velocidad, se sitúa sobre el Parte, y si no hay ningún planeta a menos de dos grados, no pasa nada de nada, pegas el golpe, clavas el clavo y todo va bien. Pero si por una de esas, a menos de dos grados del Parte del Infortunio hay un planeta, ya tenemos martillazo en un “dedo”. Confío en que se entienda con el siguiente gráfico.
En el momento que el atacir de Saturno llega al lugar de Marte, el atacir del Ascendente llega al lugar de la Casa V, donde está el Parte del Infortunio, en modo “señal de tráfico”, como las señales de “Parada de bus”, que allí no hay nada, pero tú sabes que allí tiene parada un autobús, y si pones tu hijito a jugar en ese lugar, cuando llegue el Bus lo podría aplastar. Eso es lo que ocurre cuando hay un planeta a menos de dos grados de la señal. No lo sé explicar mejor.
Con el Parte arábigo de las enfermedades víricas ocurre igual, cuando el atacir de Saturno llega al lugar de Plutón, el atacir del Ascendente estará en un lugar, que puede ser peligroso si hay un planeta ahí. Si Plutón fuera un limón y lo aplastásemos con una piedra ¿Qué saldría?- Pero como Plutón no es un limón sino un enjambre de virus, cuando llega el atacir Saturno “escampa” el virus.
Y allá va. A partir del mes de febrero de 2020, el Parte arábigo de las enfermedades víricas empezó a estar en la Casa XII, exactamente igual que ocurrió en 1918. Cuando el Parte del virus está en la Casa XII, ya sabemos que su influencia se escenifica preferentemente en los hospitales los enfermos y el personal sanitario. Desde que a partir de finales de enero de 2020, el Parte arábigo de las enfermedades víricas está en la Casa XII, de todo tipo de cartas, sociales o personales; lunaciones, 0 Aries, revoluciones solares y lunares, estamos en pandemia.
Al principio de la pandemia el Parte arábigo de la Vida Social, el que se extrae de Saturno y Júpiter, estuvo en la Casa XII, el escenario de las pérdidas de libertad personal, coincidiendo con el confinamiento obligatorio al que nos vinos sometidos.
Y para terminar esta entrega conviene saber que las personas que en su revolución solar o revolución lunar tengan el Parte de las enfermedades víricas a menos de dos grados de un planeta, están en riesgo de contagio, se hayan vacunado una, dos, tres o cuatro veces, tal y como iremos viendo en las siguientes entregas.
Tenemos el diagnóstico astrológico y también tenemos la vacuna astrológica, para quien tenga un trastorno mayor que los antivacunas.