No me cansaré de decirlo, tenemos obsolescencia programada. Somos en cierta medida parecidos a las lavadoras, que tienen un programa prefijado. Y en la carta de cielo de nacimiento está todo bien señalado.

El Guionista, que es el último responsable del programa de la vida de cada uno, tenía programada la muerte de la actriz para este tiempo. Su enfermedad ha sido breve. En el ciclo de 96 años, el reloj de las muertes personales, sonaban las astrodinas fatales a la hora de morir.

El atacir de Neptuno, cuya naturaleza esencial lo relaciona con las enfermedades, y que arrastra su naturaleza adquirida en la Casa VIII, enfermedad mortal, ha llegado al mismo grado que Plutón, quién a su vez forma cuadratura con el Sol que está en la cúspide de la Casa VIII, el escenario de la muerte. Al mismo tiempo, el atacir de la Luna, que esta «mal recibida» por Plutón, con el que forma cuadratura, llega por atacir al lugar del Sol en la cúspide de la Casa VIII, la puerta del Camposanto.

Raquel se ha muerto cuando le tocaba morirse. El Guionista se la ha llevado a mejor lugar.

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