Los poetas también tienen su guion en el cielo, un guion que primorosamente escribe el Guionista para cada persona. Antonio Gala era una persona con un guion muy especial, un poeta que era más que poeta, y además como buen Libra, un poeta elegante, son su bastón de diseño y su palara delicada inteligente y espiritual.
El día de su muerte, en el ciclo de 156 años –que viene de multiplicar 13, que es el número de la muerte, por 12, el número de sistema- el atacir del Ascendente, que se mueve a una velocidad de un grado cada 156 días, ha llegado a la triple conjunción de Marte, Júpiter y Plutón, que tiene en la cúspide de la Casa VIII, en la puerta del Camposanto, donde Gala va a recibir su merecido reconocimiento final.
El Guionista sabe lo que hace, nos tiene en sus manos, no importa que te lo creas o que no creas. Él no hace distinción entre creyentes y no creyentes. Como el reloj del campanario de la torre del pueblo, tañen las doce y salen los niños de colegio.