A la hora de escribir sobre países elijo aquellos donde hay crisis. Para que se entienda la palabra crisis, conviene pensar en el agua cuando está a punto de ebullición y va a pasar de un estado líquido a otro gaseoso. Eso es la crisis, el tiempo de la temperatura de ebullición. Así está Argentina este año 2023.
Digo, déjame mirar desde esta otra forma de ver la realidad, que son los “relojes” del cielo, lo que conocemos como carta astral, pero moviéndose. Voy a poner en hora la carta del cielo de cuando nace el reloj celeste de la República de Argentina.
He puesto en hora el reloj de la carta del cielo del nacimiento de la Republica de Argentina, y he dejado visible lo que me parece más importante en este tiempo.
Para quienes no tengan costumbre de ver cómo funciona la carta del cielo como reloj, basta con pensar que todos los puntos de esa carta se mueven un grado cada año, y que el orbe de influencia de sus atacires –así se llama a este movimiento del reloj astrológico- es de dos grados, o lo que es lo mismo, es de cuatro años, dos años antes de ocurrir una conjunción y dos años después. Reflejando de esa manera asuntos críticos que necesitan más de un año para estabilizarse.
Al poner el reloj en hora para el día 20 de mayo, lo primero que salta a la vista es que el atacir de Neptuno, que está en el grado 16:53 de Cáncer está aplicando por conjunción al Sol que se encuentra en el grado 17:13 de Cáncer también. A finales de septiembre de 2023, el atacir de Neptuno será partil con el Sol, señalando el pico de la onda y el punto de “ebullición”, de crisis, de cambio de inclinación social. A partir de octubre el atacir de Neptuno se irá alejando de Sol, y dentro de un par de años, el Sol de Argentina brillará de nuevo, si o sí, mande quien mande.
Para no meterme en camisa de once varas y que me vapuleen los de siempre y luego me bloquean en Facebook, no voy a nombran a nadie y me voy a limitar a leer el cielo del modo más neutral posible, si eso fuera posible.
El Sol, digo que va a brillar el Sol. –Si fuera Parravicini se puede interpretar de cualquier modo. Pero no, no lo soy ni lo pretendo, esto de la astrología es más técnica que videncia.
Si digo: “el Sol de Argentina”, y me lee la cuñada de la señora que se cansa de leer, le pega un manotazo el libro y se va.
Ahora bien si digo: “el Oro de Argentina”. La cosa cambia, decir Sol es no decir nada y decir oro es hablar en plata. –Ya sabemos que el Sol representa al gobernante, pero eso no lo vamos a tratar ahora.
El Sol es el oro, y el Sol de Argentina, es el oro de Argentina. El Sol en Cáncer, Sol es oro, y Cáncer de la Luna es plata. El nombre afrancesado que ha adoptado ese país sureño.
Le sigo la pista a los atacires de Sol para ver dónde está el oro y si hay mucho o hay poco.
El atacir del Sol está en el grado 14:05 de Acuario, aplicando por conjunción a la cúspide de la Casa V, una especie de teatro donde se escenifica todo lo que ocurre en el Parlamento, en la Bolsa de valores y en el Tesoro del país, está en el grado 13:15 de Cáncer. Eso significa que ya falta poco para que el oro de uno de los países que más oro producen del mundo se vean por algún lado. En estos doce últimos años se han extraído de la tierra de Argentina 355.000 kilos de oro, casi el doble que en Rusia. –Otra cosa es saber dónde ha ido a parar ese oro y quien se ha metido el dinero en el bolsillo. Ese tema no lo puedo tratar.
Lo mío es moverme por el tiempo. Así que, “zapatero a tus zapatos”.
Aquí lo que se observa es que, además de que se va a renovar el gobierno, el Parlamento, la Bolsa de Valores, es que llega el oro al tesoro, que viene el ahorro con el oro y que va a haber oro para todos.
¡Ya le vale my Lord, se ha pasado tres pueblos!
-De eso nada, estoy hablando de un paquete de tiempo de 30 años. He visto como salieron de la miseria los rusos, lo viví en primera persona. Se quitaron el comunismo de encima y en diez años cambió su mundo, pasando de la miseria a la opulencia. ¿Porqué no puede ocurrir lo mismo en Argentina?.
Y para terminar, porque la señora que se cansa de leer se habrá ido ya. Me llama la atención que el atacir de la Luna, que refleja el estado de la población y al pueblo mismo, aplicando por conjunción al planeta Marte, y de Marte martirio, de eso no quiero hablar, pero algo tiene que hacer este pueblo adocenado para recupera la vitalidad. Ya veremos cómo se escenifica eso. Solo somos observadores, y no hay que perderle el ojo al oro. –