Nunca jamás que recuerde, se había vivido en un estado de incertidumbre como el que está viviendo actualmente Argentina. A poco menos de un mes para las elecciones presidenciales, no se aclaran ni con lejía-
-Por ahí se ve al candidato oficialista, como alma en pena y despeinado sin saber ya donde hablar o donde esconderse. Al mismo tiempo vemos a la “Señora”, su hijo y sus cómplices, en manos de la justicia. –Qué final tan gris para ella. Tiempos oscuros para los que la jaleaban en la Plaza de Mayo de hace cuatro años.
El flequillo con señora detrás, la exmontonera reformada que también aspira al poder, suspirando por un poco de “cámara”, para decir no se sabe bien qué. Una pena de señora también. Tiempos oscuros estos.
Y de entre la niebla sombría y espesa de un futuro que nadie sabe ver, un melenudo con patillas que viene a salvar a Argentina de las garras del peronismo “agarrapatado” que tiene al país destrozado y en la más absoluta de las miserias. Algo incompresible para un país rico en todo y con humanos con muy buenas capacidades y con una inteligencia “superior”……… Eso piensan muchos de ellos y no digo que no.
No se explica la asquerosidad de país que ha dejado los políticos “reinantes”. No tiene explicación lógica, por mucho que quieran hablar o razonar. Y la situación actual tampoco se puede explicar en modo normal. Astrológicamente si, a eso voy.
He calculado la carta del cielo de la independencia de Argentina ocurrida en Tucumán y la he trasformado en un reloj. Que eso es lo que son las cartas del cielo. En este caso un reloj que tiene una carga de tiempo de 360 años. Ahora -2023- estamos en año 207 de Argentina.
Primero vamos a conocer los datos técnicos- La señora que se cansa de leer ya puede salir, no la quiero aburrir.
En este reloj todo se mueve por atacir un grado cada año. En este reloj puesto en hora para el 23 de septiembre de 2023, se observa que el atacir del planeta Neptuno, que arrastra consigo su naturaleza esencial de cosas o asuntos poco claros y encubiertos, además de contenidos económicos por hallarse en la Casa II, el escenario de la economía, las finanzas y los Bancos, todo junto, llega hasta el lugar del Sol, y eso es algo que sólo puede ocurrir una vez cada 360 años.
Cierra los ojos e imagínate que el atacir de Neptuno sobre el Sol, es una nube espesa que no deja pasar la luz solar y que todo queda oscuro y gris y no se ve nada. -Ahora abre los ojos y verás que en Argentina hay una nube espesa que no deja ver nada. Se puede imaginar, eso sí. Con Neptuno se puede imaginar todo lo imaginable, pero no se ve nada claro.
Los atacires de Neptuno son como los frentes de nubes oscuras, que por muy oscuras y enormes que sean acaban por pasar y siempre, siempre, luego sale el Sol.
En el caso de la carta del cielo de Argentina, Neptuno procede de la Casa II, el escenario del dinero, lo que significa que todo el problema del confuso estado de cosas, tiene una relación directa con el manejo del dinero, que el problema de Argentina es con el dinero. No voy a hacer nada de historia porque no quisiera molestar la inteligencia de mis lesctore/as.
Todo el lío tiene que ver con el dinero, sin entrar en detalles ni nombrar las deudas, los miles de millones de dólares que tienen escondidos algunos argentinos no se sabe dónde, ni la maquinita de imprimir billetes de los que gobiernan. No se sabe si sobrevivirá el peso argentino a esta oscura tormenta, no se sabe nada, ni yo tampoco se nada, y no me da vergüenza decirlo.
Lo que se observa en la realidad y lo que se ve desde la astrología, es exactamente lo mismo, como no puede ser otra manera, porque las cartas del cielo son relojes espejo, que reflejan lo que ocurre aquí en el mundo en el tiempo. De tal manera que lo que se observa astrológicamente es un embrollo a causa del dinero y las finanzas, que no permite ver nada claro.
Por otro lado, si ponemos la mirada en el atacir de la Luna, cuya naturaleza esencial refleja el sentir del pueblo, se observa que está en el grado 16:25 de Leo, y que está aplicando por conjunción al planeta Marte que está en el grado 16:56, a medio grado del atacir de la Luna, y eso significa que en los próximos meses se notará su influencia, si la tuviera, y si no se verá reflejado desde el cielo lo que ocurre en Argentina.
Si Marte fuera un limón y le apretásemos: ¿Qué saldría? -Jugo de limón. Pero Marte no es un limón.
Otra forma de verlo más divertida. Si Marte fuera una madriguera de conejos y le metieras por una de las puertas a un hurón; ¿Qué pasaría? -Saldrían conejos a tropel por todas las puertas de la madriguera.
Pero Marte no es una madriguera de conejos. ¿Entonces qué?
En la Casa XI de una carta del cielo mundana o social, está el escenario de los ministros –antiguamente los caballeros del rey—Los caballeros del rey saliendo corriendo como conejos perseguidos. Martirio popular (Marte Luna) para los ministros, sean quienes fuesen. –Ese podría ser uno de los conejos.
Marte puede dejarse notar a través de las fuerzas armadas, policías y militares. Martirio popular. Van a forran a palos a mucha gente. Ese es otro conejo seguro.
Oiga my Lord, que mal lo pinta todo. ¿Siempre con Marte hay martirio?
No, Marte también fluye por el deporte, y como todos los dioses se aplaca cuando recibe culto. A Marte, en formato dios, se le da culto en los Estadios. El dios loco de Marte se goza con el jolgorio, el griterío y los exabruptos de los que montan el lio en los Estadios, eso le gusta mucho, y si sale por ahí el conejo ya no se comporta martirizando y se conforma con el jolgorio y el griterío.
La Casa XI, paradójicamente, también es el escenario de las celebraciones y los premios y Marte es el deporte. Y en Argentina el deporte rey es el futbol. Por ahí sale muchas veces el conejo rojo de la influencia de Marte de Argentina. Ojala salga ese conejo y no otro. El futbol es lo que más une a los argentinos.
Pase lo que pase, en unos meses se irá aclarando el cielo económico de Argentina, del modo que sea. Que adivinen los adivinos. Y es seguro que el mejor equipo de futbol del mundo será premiado y motivo de jolgorios de los argentinos. Y lo dejo aquí, que veo a la señora que se cansa de leer con unos palillos en los ojos para que no se le cierren las pestañas. Pobre mujer.