Una vez más he calculado la carta del cielo del nacimiento de la República de Argentina y he puesto en hora el reloj de los atacires, donde todo se mueve un grado por año, y a finales de mayo 2024 se observan  “conjunciones separativas”.

Las conjunciones separativas significan que lo más importante de su influencia ya pasó.  Como un frente tormentoso donde las precipitaciones más intensan ya pasaron. – Bien es verdad que los atacires, o direcciones primarias armónicas, tienen un orbe de dos grados, y su influencia se puede percibir a lo largo de cuatro años.

El atacir de Neptuno, que procede de la Casa II, el escenario del dinero y de las finanzas, arrastra junto su naturaleza esencial, que siempre tiene un componente de líos y ocultamientos, asuntos relacionados con la economía. No voy a escribir ni medía línea sobre el lío y la confusión que reina en estos tiempos sobre la economía argentina. La pregunta es: ¿Dónde está el dinero?

La mayor parte de las reservas de la Argentina se encuentran depositadas en bancos extranjeros, en diferentes tipos de monedas. Y los “dineros de los que tienen el dinero también. -Y eso es así porque Neptuno está en Sagitario, a las órdenes de Júpiter, que tiene que ver con el extranjero, los extranjeros y lo que tiene procedencia exterior.

El atacir de Neptuno camina por el grado 17:54 de Cáncer, mientras que el Sol está en el grado 17:13, alejándose cinco minutos por mes. Falta más de un año para que el atacir de Neptuno salga de orbe y se despeje el cielo económico de Argentina. Seguiremos en esta bruma incierta un tiempo más, no veo que pueda ser de otra manera.

Por otro lado, el atacir de la Luna, que por su naturaleza esencial arrastra consigo el estado de ánimo de los argentinos, y por su naturaleza adquirida en el Signo de Acuario, revela una población de talante rebelde, original, inteligente, ingeniosa, sorprendente y……….. no se enfaden conmigo, medio enloquecida. Esa Luna que representa al pueblo argentino, camina por el grado 17:05 de Leo, mientras que el planeta Marte, cuya función natural es martirizar, está en el grado 16:56, lo que significa que el “martirio” más intenso al que está siendo sometida la población argentina, va disminuyendo muy lentamente. Todo da para pensar que quedan casi dos años de sufrimiento hasta que lleguen los tiempos de bonanza y el final de “martirio”.

Y la culpa no la tiene nadie. La culpa, si te fijas bien, la tiene el demonio.  Otra cosa es explicar qué es eso de demonio.

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