Caso de Chiara Bardano
Cuando la italiana Chiara Bardano era una adolescente ocurrió uno de los tantos milagros que se está investigando en el Vaticano y permitirá que la beata llegue a la aspiración más grande de todo cristiano: ser declarada santa.
«Chiara es mi ángel porque cuando tuve la enfermedad me salvé», dijo emocionada a LA VOZ DE SAN JUSTO Azul, que hoy con 13 años, recuerda lo que sucedió cuando solo era una niña y sigue invocando a la beata que falleció a los 18 años por un cáncer de huesos y es considerada como un modelo para la juventud actual ya que su testimonio de vida ofrece un horizonte diferente al que muestra la sociedad de consumo y de descarte.


Chiara tenía al Sol en el signo de Escorpio formando un quincucio de ida, y por ello maléfico, con el planeta Saturno que está ubicado en Géminis en la Casa VIII. Saturno a su vez está “dispositado” por Mercurio que está “mal recibido” en Escorpio por la semicuadratura de Plutón en la Casa I. Saturno en esta carta es muy patógeno y está relacionado con todo lo que ocurre con los huesos.


Despejando un poco el cielo astrológico se observa que ese Saturno patógeno de la Casa VIII queda muy afectado por la oposición de Neptuno y la cuadratura de la Luna que está en Piscis, condicionada por Neptuno, de ahí la tendencia a desarrollar este tipo de enfermedad en los huesos.


Chiara sucumbió al cáncer de huesos el 7 de octubre de 1990, después de una dura batalla de dos años. En este tiempo, al poner en hora el reloj de todas las muertes, el ciclo de 156 años, el atacir de Neptuno llegaba al lugar de la Luna, y al mismo tiempo el atacir de la Luna aplicaba por conjunción a la cúspide de la Casa VIII, la puerta del Camposanto.
Y así funciona esto.

