Es la tercera vez que paso una mañana completa en la biblioteca del Museo de América, podría pasarme toda la vida tomando notas y aprendiendo sobre América antigua, sus costumbres y sus gentes, pero eso es demasiado tiempo. El motivo que me ha traído a este lugar es recabar información sobre la astronomía de los pueblos americanos precolombinos, para comprender un poco, antes de llegar, que es lo que nos podemos encontrarnos en el observatorio indígena del Aconquija o que es lo que hacían en un lugar como ese, para que servía, que utilidad tenía.

Al igual que ocurre en las culturas indoeuropeas, estos pueblos tenían asociada la astronomía a la religión. Los dioses están en el cielo y reciben culto aquí en la tierra.  El culto a estos dioses es lo más sorprendente del todo, pues está íntimamente relacionado con los horribles sacrificios humanos que practicaban estas gentes en su culto religioso. 

Ya sabemos, y además está documentado, que los pueblos de meso y sur América practicaban un tipo de astronomía religiosa muy semejante, parecido a la relación entre griegos y romanos. Para estas gentes los dioses más importantes están asociados a los cuerpos celestes, incluso hay constelaciones completas a las que prestaban especial atención, aunque sobre este tema hay diversas opiniones.

El Aconquija es un observatorio astronómico y un templo que está enclavado en las alturas de los montes, por eso me interesaré por aquellos temas que hablen de lugares altos donde realicen observaciones o rituales.

Hoy me han traído otra versión de los libros de Sahagún, son cinco tomos, encuadernados en cuero de color marrón oscuro y más fáciles de manejar……………………………….voy a buscar………….

– Ya he encontrado algo donde dejé el trabajo hace quince días:

Dice el franciscano Fray Bernardino de Sahagún que en las calendas del primer mes del año, que comienza el 2 de febrero, hacían una gran fiesta en honor a los dioses del agua o de la lluvia, que se llamaban Tlaloque; para esta fiesta buscaban muchos niños de teta, se los compraban a las madres; escogían a aquellos que tenían dos remolinos en la cabeza y que hubiesen nacido en buen signo; decían que estos eran más agradables a los dioses, para que diesen agua en su tiempo. A estos niños los llevaban a matar a los montes altos, donde ellos tenían voto de ofrecer;  les sacaban los corazones en aquellos montes…………….»Gran cantidad de niños mataban cada año en estos lugares y después de muertos los cocían y los comían.»

En principio y basándome en este ritual, me da la impresión de que los lugares altos, quizás por estar mas cerca de las nubes, se destinaban a los rituales de sacrificio en honor de los dioses de agua.  Veré si encuentro algo más que haga referencia a los lugares altos o la astronomía indígena. Pero tengo que ir con cuidado porque los libros de Sahagún son casi hipnóticos, una especie de súper tebeo, o una película de hace 500 años narrada con un realismo y unas ilustraciones que te dejan pasmado.

Un poco más adelante parece que se complica el asunto del porque de los lugares altos. Me parece alucinante, es como si todos los años hicieran un selección de la especie.  Fíjate que barbaridad o que selección tan limpia y brutal hacían cada vez que empezaba su año.

Llevaban a los niños a matar subiendo a los lugares altos en una especie de romería, los llevaban en andas, los adornaban con plumas, flores, piedras preciosas y les ponían alas de papel para que parecieran angelitos, les pintaban la cara colorada con un circulo blanco en las mejillas, les tocaban músicas de flautas y trompetas.  Por donde pasaba la comitiva, toda la gente lloraba…………  Si alguno de los ministros del templo o los viejos, se volvían a sus casas, porque no podían subir a lo alto y no llegaban a donde habían de matar a los niños, los consideraban indignos para cualquier oficio público y los dejaban o en paro o en jubilación forzosa.  

La verdad es que estos sacrificios de niños, desde el punto de vista de la asquerosa hipocresía de las personas de mi época, que han asesinado a millones de niños españoles privándoles de nacer y ni siquiera les han hecho fiesta, esto de los sacrificios les puede resultar cruel, es un problema mental que tiene difícil arreglo y no tiene cabida en este escrito, así que seguiré indagando en la astronomía indígena y dejaré de lado, en la medida de lo posible, el tema de los sacrificios, pues parece que para estas gentes no hay fiestas sin sacrificios humanos, algo parecido pasa en media España, no hay fiestas si no hay sacrificios de reses bravas. Para estas gentes existía un cielo, un infierno y un paraíso terrenal, donde podían ir la ánimas de los difuntos después de la muerte, de tal manera que la muerte no era un final, sino un tránsito.

El cuarto libro de Sahagún se titula “De la astrología judiciaria o arte de adivinar…….”  Bueno, parece interesante pues aquí explica que tipo de Astrología practicaban estas gentes.   A los astrólogos les llamaban Tonalpouhque y la gente los visitaba como a nosotros, para saber sobre las condiciones de la vida.  Pero estos astrólogos no se basaban en los signos ni en los planetas sino que eran una especie de numerólogos  que tenían veinte caracteres multiplicados por 13 para realizar sus interpretaciones.

Este sistema se rige por un período de 360 días, divididos en 20 meses de 13 días.    Estos meses llevan los nombres de los días mes combinados con los numerales del 1 al 13. Los 20 días de su mes, que  se inicia con el Caimán, siguen en sentido contrario a las manecillas del reloj o en sentido zodiacal.

1.- Caiman      Cipactli

2.- Caña          Acalt   (viento)

3.- Casa           Calli

4.- Lagartija    Cuetzpallin

5.- Serpiente   Cóalt

6.- Muerte       Miquiztli

7.- Venado      Mazalt

8.- Conejo       Tóchtli

9.- Agua          Atl

10.- Mono       Ozomatl

11.- Perro        Izcuintli

12.- Heno        Malinalli

13.- Viento     Ehécatl

Estos 13 días los consideraban afortunados. Cualquiera que naciera en esos días, si era hijo de principal, sería señor o senador y rico; y si era hijo de baja suerte y de padres pobres, sería valiente y honrado y acatado de todos y tendría que comer y si fuera hija la que naciera en cualquiera de los trece días sería rica y todo cuando fuera menester para su casa, para gastar en comida y bebida, para hacer convites, par bailar y danzar en su casa y dar comida y bebida a los pobres viejos y huérfanos que no tienen que comer ni beber y sería todo próspero lo que hiciere por su trabajo para ganar la vida y no se le perdería cosa ninguna del trabajo y sería hábil para vender todas las mercaderías y ganar todo cuanto pudiere………

Luego vienen los otros siete.

14.- Jaguar      Ocelotl

15.- Äguila      Cuauhtli

16.- Zopilote   Cozcacuauhtli

17.- Movimiento Ollin

18.- Pedernal  Técpatl

19.- Lluvia      Quiahuitl

20.- Flor.-        Xóchitl

El día del Jaguar era mal afortunado, luego siguen los días del Águila, el Zopilote, el Movimiento, el Pedernal, la Lluvia, la Flor y enlaza de nuevo con el Caiman, el Viento, la Casa, Lagartija, Serpiente y la Muerte, completando así otra secuencia de 13 días.

Decían que cualquiera que haya nacido estos días. Fuese noble o plebeyo, sería cautivo en la guerra, que sería desdichado, viciosos dado a mujeres y aunque fuera un hombre valiente, al final se vendía como esclavo y esto hacía por haber nacido en tal signo.

La verdad es que Sahagún no se expresa sobre como operan en esta ocasión, pero si deja muy claro en consiste haber nacido en mal signo.  Si era mujer, aunque fuera hija de noble sería adúltera y moriría estrujada la cabeza entre dos piedras y viviría muy necesitada y trabajosa y no sería bien casada, porque nació en el signo mal afortunado del Jaguar.  Parece ser que este signo del Jaguar está asociado a Saturno.

A estos signos les llamaban casas, la cuarta casa de esta serie es Ollin y dice que era el signo del Sol y el que nacía en este día era indiferente su ventura, buena o mala; si era varón sería hombre valiente y cautivaría enemigos o moriría en la guerra.

La séptima casa, que se llama Flor, decía que era indiferente, pero los pintores honraban a este signo y se consideraba infortunado para las mujeres y así continua en este libro cuarto desarrollando una interpretación sobre los que han nacido en tal o cual día. Están los borrachos que nacían en la segunda casa del signo Ome Tochtli, además hay diversas maneras de borrachos.  Los hombres alegres e ingeniosos inclinados a la música del signo de la Flor o los murmuradores y noveleros nacidos en el signo de la Caña y así da una explicación detallada del significado de ser cada uno de los signos y casas.

El libro quinto recoge todas las supersticiones o los agüeros; por oír cantar un búho o una lechuza, por ver como se cruza una comadreja o cualquier animal en el camino,  por ver entrar en conejo en casa y por muchas cosas parecidas.

El libro sexto trata de la retórica,  del lenguaje y termina con las parteras, los partos y de las costumbres. El libro séptimo habla de la Astrología Natural, del Sol, la Luna, las estrellas y todos los fenómenos naturales. Hacían un fiesta al Sol una vez cada año en el signo Nahui Ollin, incensaban y ofrecían sangre cortándose un poco la oreja cuatro veces. Una saliendo el Sol, otra a mediodía, otra a la hora de vísperas y otra al ponerse el Sol.

Eran muy devotos a las estrellas llamadas Mastelejos que andan cerca de las cabrillas en el signo de Tauro.   A estas estrellas las llaman Mamalhuaztli. Con este mismo nombre llaman a los palos con que sacan lumbre, porque les parece que tiene alguna semejanza con ellas y que de allí les vino esta manera de sacar fuego. De aquí tomaron por costumbre hacerse quemaduras en las muñecas a los varones en honor a estas estrellas.  Tres veces les ofrecían incienso y debe ser porque son tres estrellas; la primera besa principio de la noche, la segunda a las tres y la otra cuando empieza a amanecer.

En un ensayo sobre las constelaciones de la cultura precortesiana de Daniel Castañeda y Vicente T. Mendoza, realizado en 1933 se describen las estrellas que forman esta constelación.  Según estos autores, siguiendo con las indicaciones de Sahagún se trata de un grupo de once estrellas que se integran en las constelación de Aries, Tauro, Cetus, Triangulo y Piscis.

A la estrella Venus la llamaban Citlapol, uei citlalin, estrella grande y decían que cuando sale por oriente hace cuatro arremetidas y las tres luce poco y se vuelve a esconder y a la cuarta sale con toda su claridad y su luz se parece a la Luna.   La primera arremetida traía mal agüero, traía enfermedad consigo y por eso cerraban las puertas y ventanas para que no entrase se luz, pero otras veces la tomaban por buen agüero cuando empezaba a salir por oriente.

Por lo que explican, consideran a Venus desafortunado cuando hace una retrogradación y afortunado cuando va directo, de esa manera se explica lo de las cuatro arremetidas o maneras de salir por oriente. Luego habla del ciclo de 52 años que para ellos parece que es muy importante y le pegaban fuego a todo.

El libro octavo trata de los reyes y de los nobles con todas sus parafernalias. El noveno trata de los Mercaderes, orífices y orfebres que trabajaban el oro y las joyas. El décimo habla sobre los vicios y virtudes de estas gentes donde detalla caracteres, oficios, condiciones sociales y entra en el tema de la enfermedades y los medicamentos. El libro undécimo habla de los animales de todo tipo, de las plantas, hierbas y flores, las piedras preciosas, de los ríos, los montes y los caminos, terminando con una consideraciones sobre la medicina Azteca. El Libro doce trata sobre la conquista de México con los detalles de cada uno de los soldados y personas que llegaron a estas tierras de México en esos primero años del siglo XVI…………………….un informe completísimo como era propio de los frailes fraciscanos cultos de la época

Después de conocer los dioses y la astronomía de mesoamérica y los de la región Andina, observo que es poca la diferencia, con la salvedad de que en el sur no se desarrolla ningún sistema de escritura. Pero se sabe que festejaban los solsticios, que una de sus fiestas más importantes era la Fiesta Real o Capa Raymi que se celebra en el solsticio de diciembre y para ello necesitaban un observatorio o medidor de tiempo para poder saber cuando era la “parada del Sol”, al igual que en las otras culturas de más al norte.

Los eclipses de Luna eran temidos y hacían algo parecido a los chinos armando mucho ruido cuando se producía este fenómeno. Venus tenía una importancia singular y formaba una trilogía junto al Sol y la Luna , pero también tenían en cuenta los planetas, de tal manera que Pirua era Júpiter, Aucayoc era Marte, Catuilla Mercurio y Huacha Saturno, cada uno de estos planetas tiene las misma atribuciones que en la astrología occidental.

Los indígenas que construyeron el templo y el observatorio astronómico del Aconquija aparte de los planetas tenían una especial devoción por la Pléyades, así como a las estrellas que forman Cruz del Sur que ellos le llamaban Catachillay . Otra constelación importante era la Llama, una zona oscura situada ente el Centauro y Escorpio, la alfa y la beta Centauri serían los ojos de la Llama. (Llamacñahuin) o Catachillay. Otra constelación era la que se forma con las tres estrellas del cinturón de Orion, las tres Marías…………pero la que parece tener una relación directa con el Aconquija es Mamalhuaztli que se identifica con el Cinturón y la espada de Orión, así  como la constelación de Tianquiztli las Pléyades, que significa las lluvias.

Cólotl asociado con el Escorpión, Colotlixáyatl  con el Rostro de Escorpión, Citlalxanecuilli , la Osa menor  y otros cuerpos celestes se identifican como distintas constelaciones.

Y aquí se ha terminado la mañana de la biblioteca del Museo de América en Madrid.

Como conclusión creo que el Aconquija es un templo y un observatorio que se usaba para celebrar los rituales en honor a los dioses de la lluvia y como prueba para conocer es estado físico de los sátrapas y los hombres públicos o funcionarios que cuando no eran capaces de llegar hasta el lugar, perdían su puesto y pasaban a ser jubilados.

No se si a mi jubilarán o si llegaré hasta ese lugar…………….

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