Una de las experiencias que me dejó marcado para toda la vida fue la cacería de conejos grises, blancos y de muchos colores. Resulta que había un lugar, al norte del municipio de El Campello que estaba abarrotado de conejos y conejas. Debía de haber muchas conejas por la cantidad de conejitos pequeños que se veían pululando durante la noche.  Una noche decidí ir a cazar conejos y para tal menester me fabriqué un cazamariposas “gradodote” como dirían los mexicanos.

Esperé a la Luna llena, para que el campo estuviera bien iluminado por la noche. Durante el día los conejos se esconden en sus madrigueras y no se ve ni uno. Y allá que te voy con mi enorme cazamariposas a cazar conejos y conejas por la noche.

Al llegar al campo había cientos de conejos correteando, que digo cientos, miles de conejos y conejas de todo los tamaños y colores. Conejos grises y blancos, conejos gris oscuro, conejos rubios y blancos, conejos blancos y negros, conejitos blancos como la nieve y algunos de color oscuro como el carbón, nunca he vuelto a ver tanto conejo junto.

Corrí tras ellos como un loco persiguiendo conejos con mi enorme cazamariposas. Casi una hora estuve intentado cazar algún conejo, ya no me quedaban fuerzas ni alientos, así que le pegué una patada al cazamariposas y me fui a casa a dormir con mi frustración.

Ni un conejo tú. Increíble, un conejo se metía por un agujero y otro salía por el otro lado, y así todo el rato, nunca sabía por dónde me iba a salir un conejo.

Sesenta años después me siento igual de frustrado. Sé que hay miles de conejos pero no sé por donde van a salir, ni de qué color será conejo que saldrá.

Con ese ánimo y con ese recuerdo en mi mente, estaba analizando la carta del cielo del 0 Libra, que es donde el “Guionista” escribe el guion del año de la economía.

Si me fijo en el “conejo” del dólar de Argentina, por más que lo persiga se mete por aquí y sale por allá y ya no se sabe que va a pasar con un peso que ya pesa 500 pesos por dólar.

Si me asomo a Bolivia parece que sea de día, no se ve un conejo de dólar ni de causalidad.  -El anticapilismo es fantástico, hace desaparecen los conejos de dólar, es más dañino y mortal, para la moneda local, que la “mixomatosis” de los conejos. Una enfermedad de los conejos inventada por un francés que estaba hasta el gorro de los conejos. Por eso digo que el anticapitalismo es la mixomatosis de las monedas locales en según qué lugares. No me voy a alargar detallado los países latinoamericanos que ya tienen la enfermedad que “infla” la cabeza del conejo enfermo y luego lo mata. En esos países se infla el precio de la moneda local y luego la revienta. Así es la enfermedad de la mixomatosis del dinero inventada por los anticapitalistas. Conejo muerto no come hierba.

No en todo el mundo es igual. En México, donde el anticapitalismo ha fracasado estruendosamente, el peso mexicano ha ganado peso respecto al dólar, un fenómeno único en toda Latinoamérica.

Visto que no se puede cazar conejos en América latina He agarrado el cazamariposas de la carta del cielo del 0 de Libra y me he ido a la China. -Hace tiempo no cazo conejos por allí.  He puesto en hora el reloj de Pekín para la primera semana de mayo de 2023, que parece ser que en la China hay mucha astrodina.

 

Vamos a contar conejos, digo astrodinas. Las contamos y luego, entre todos las interpretamos.

El atacir de Neptuno que viene de la Casa V llega al Ascendente, 10 astrodinas Locales.

El atacir de Marte que viene de la Casa VIII llega a Plutón, 10 astrodinas Universales.

El atacir del Mediocielo de Pekín llega a Neptuno que está en la Casa V. 10 astrodinas Locales.

El atacir del Ascendente de Pekín llega hasta Marte en la Casa VIII. 10 astrodinas Locales.

Y el atacir de Saturno llega al Sol y Mercurio. 20 astrodinas Universales.

60 astrodinas en total para Pekín. -Imagino cien mil camadas de conejos moviéndose con agitación y cambiando dinero de aquí para allá. ¿Qué será?  -Qui lo sa.

Demasiados conejos para un cazador provisto de un solo cazamariposas.

A lo mejor esto de la astrología es una tontería y no pasa nada,

No voy contar detalles no sea que me censuren, pero cualquiera que mire despacito y de lejos podrá ver muchos conejos.  Luego que nos lo cuenten los chicos y las chicas de la prensa que ellos cobran y no tienen censura.

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