La línea de azimut del planeta Mercurio de la carta del cielo de nacimiento, nos señala lugares especiales donde se obtiene la mejor información. En mi caso, la línea de azimut de Mercurio de mi carta natal, sigue una trayectoria o deja una estela que he ido siguiendo a lo largo de mi vida, como el que busca el lugar donde salé el arco iris. En este viaje llegue a los confines de la tierra para ver que había.
En este desplazamiento por el hilo plateado de Mercurio llegué a la zona del lago Baikal, un territorio dividido por el propio lago. En el lado norte del enorme y alargado lago habitan los chamanes animistas ortodoxos y en el otro lado del lago viven los buriatos, que son mongoles con mezcla de tibetanos, son budistas y practican la Astrología, una Astrología muy especial, eso es lo que quería conocer, esa era mi curiosidad en este viaje.
Justo al otro lado del lago Baikal, el lado del oriente, está Ulan Ude, la capital de la República de los Buriatos. -Nadie diría que existe una república así en el mundo. En medio de la inmensidad del bosque siberiano, que es mucho mayor que todo el mar Mediterráneo, está la República de Buratia, un lugar del mundo donde conviven tres culturas.
A las once de la mañana en punto, vino Eugenio, el amigo del amigo de Sacha, acompañado de su mujer a recogernos por el hotel de Ulan Ude para llevarnos a la lamasería de Ivolguinski donde tenía concertada una entrevista con el lama astrólogo Ganyur, rector de la Universidad budista. Tardamos poco menos de una hora en hacer el trayecto.
El territorio que rodea a la lamasería de Ivolguinski es completamente plano, llano y verde con pastos que cubren todo el espacio que abarca la vista.
Al fondo del espacio verde se levanta una cadena de montañas de poca elevación y en el centro del paisaje, como saliendo de una ensoñación, aparece un conjunto de edificios que recuerdan a las pagodas chinas, con sus tres pisos, más estrechas las plantas de arriba que las de abajo y sus tejados puntiagudos que son como gaviotas que no quieren bajar hacia abajo como todos los tejados de mundo, aquí las esquinas de los dejados suben, se ondulan, levantan el pico de color dorado como si quisieran volar.
Amarillo, amarillo fuerte, amarillo vivo, más amarillo que el amarillo del azafrán, los tejados de las pagodas templos son casi todas de color amarillo, un tigre amarillo en la entrada de los templos, el manto amarillo que recubre las vestiduras de los lamas, el amarillo de los bonetes con penacho de los monjes cuando realizan sus ceremonia, como el amarillo del fuego de una gran hoguera, como la cinta amarilla que cubre la boca de la momia del lama Itiguélov y la cinta ancha que pende delante de la vitrina de cristal donde exponen su cuerpo en el templo mayor.
Rojo, dos tipos de rojo, un rojo oscuro, color del manto interior de los lamas y un rojo más claro del manto exterior, también hay mucho rojo en la lamasería, hay una representación de un icono de Buda recubierto por un manto rojo y un buda completamente rojo, collares de coral rojo, banderolas de color rojo. Rojo y amarillo como la banderita de España, vestiduras rojas hasta los pies y chalequito amarillo esos eran los colores de la ropa lama astrólogo Ganyur.
El lama me resultó una persona familiar, me recordó mucho a mi amigo Ramón que se dedica a hacer paellas enormes, guisos para cien o más personas. Me recordó por su aspecto físico que es justo el doble que yo. Potente, enérgico, que mira a la cara al hablar, que a pesar de su volumen se mueve rápido y es de talante vital.
Nos recibió en un cuartito que usa como consulta, Eugenio y su mujer se sentaron en un banquito que hay a la izquierda de la entrada, Ganyur se sentó en su mesa y frente al él nos sentamos Sacha y yo. Lo vi joven, o me vi viejo.
Lo primero que hice fue entregarle el regalo de azafrán. Por la cara que puso creo no había visto azafrán en toda su vida, si embargo el caldo que nos dieron en el templo para hacer abluciones si parecía contener azafrán por el amarillo de su color.
La entrevista duró más de una hora, le pregunté todo lo que me interesaba saber, me contestó todo lo que pudo o le interesó contestar. Entre otras muchas cosas me dijo que cualquier budista que estudia para lama realiza estudios de astrología, que la astrología y la medicina son estudios colaterales de los lamas. Medicina y astrología son una herramienta de conocimiento que utilizan para ayudar a los numerosos pacientes que acuden en busca de auxilio a las lamaserías. La astrología es fundamental para realizar un buen diagnostico médico, los pulsos y la astrología es lo que usan para realizar sus diagnósticos médicos.
Estudian durante dieciséis años antes de lograr el titulo de Gibra o lama. Le pregunté sobre las Casas, los aspectos, sobre como construían sus horóscopos y también le pregunté sobre su fecha de nacimiento. Resultó ser Aries del último grado, con la Luna en Piscis junto a Venus y Júpiter en recepción mutua por trigono en Cáncer junto a Urano cerrando una gran trigono con Saturno en Escorpio.
Ganyur sintió curiosidad por conocer su carta astrológica en el sistema occidental así que salí al coche a por el portátil y luego me senté a su lado para mostrarle su horóscopo y hacerle unas pocas interpretaciones basándome en los parámetros más seguros como la conjunción de Urano Júpiter que siempre anuncia muchos viajes por avión, le mostré el gráfico de astrodinas con el C60 y le hable de él con la naturalidad que lo hago con cualquier persona. Se sintió muy halagado, puede que adulado y llegó a decir que aquí en oriente esos halagos no se los hace un hombre a otro. Pero todo lo que le dije se correspondía con lo que se podía interpretar de una persona con una configuración astrológica tan especial.
Al final simpatizó conmigo, me dijo que en la encarnación anterior fui un lama y nos ofreció, como todo un privilegio, visitar el templo donde tienen en una vitrina de cristal, como una gran urna, a Itiguélov, el lama incorrupto, para recibir la bendición. Luego nos llevó a su casa y así comenzó esta nueva amistad.
…lo del beso a la momia es para contarlo en otra ocasión.
Astrocartografia en su expresión más fina. La Línea de Mercurio recorriendo los lugares donde nos entenderán, donde nos enseñarán, y los que mejor quedarán grabados en nuestra memoria. La línea de nuestro conocimiento primario. Muy buen ejemplo Tito. – Fabián.