Diez Doñanas, que digo diez, cien Doñanas, no, mil Doñanas rodean el lago Baikal, en cuyas cristalinas y trasparentes aguas hay una gran variedad de especies de peces valiosos, como el esturión, el salmón y una serie de peces con nombres raros que saben a trucha, salmón y algo más noble como el “sig” un pez parecido al arenque pero muchísimo más fino y agradable al paladar y el olmug un pez tan rico como el mejor caviar.
La inmensa dehesa rodeadas de montañas nevadas nutren el lago Baikal, águilas enormes de más de dos metros de envergadura, gaviotas baikaleas que son navegantes aéreos de este mar de agua dulce, garza de varias especies, osos pardos correteando y chamanes siberianos en el bosque cercano, eso es lo que se observa pulular por la extensa y verde superficie de este maravilloso lugar.
¿Qué me indujo a venir a un lugar como este? Pues lo que hago siempre que voy a un sitio como éste, buscar chamanes.
Para llegar al lugar donde moran los chamanes siberianos hay que alcanzar al otro lado de la enorme dehesa que rodea la parte noroccidental del lago Baikal, donde empieza el bosque, el cerrado bosque siberiano.
Los chamanes viven en esos cerrados bosques que rodean el lago, más allá de las grandes dehesas. Los chamanes viven del pescado, de las aves y sobre todo de exquisitos hongos, los famosos hongos siberianos del lago Baikal.
¿Pero cómo se sabe que por ahí hay chamanes? Pues por sus huellas. Los rastreadores de chamanes, los seguimos a través de sus huellas, y si hay huellas, hay chamanes.
-En mi finca de Sirventa supe que había jabalíes por sus huellas. Mucho antes de encontrarme con un bicho de éstos a la vista, vi sus huellas. Con los arruis me ocurrió igual, primero vi sus huellas, que son muy diferentes de las que deja el jabalí. El arruis deja unas huellas alargadas semejantes a las cabras, pero más grandes, más largas, la huella es igual de ancha por detrás que por delante, mientras que la del jabalí se distingue porque es más redondeada y la parte de delante, donde están los dos picos de la huella, es más estrecha que la parte de atrás.
En Siberia supe que había chamanes por sus huellas o por las huellas que dejan quienes entran bajo su influjo. Igual que te encuentras en medio del bosque con enormes hormigueros que forman montículos de más de un metro, de repente, en medio del camino más recóndito aparece una especie de montículo semejante al hormiguero.
Sobre un tronco de un árbol cortado, a modo de mesa de ofrendas, está lleno de monedas, cigarrillos, pequeñas medallas y objetos minúsculos de la más diversa índole, al lado, colgando de las ramas de los grandes arbustos se ve un enjambre de cintas o tiritas de tela colgando, como pequeñas serpentinas de colores, miles de tiritas de tela de colores que se mecen al viento como como las algas marinas.
Bueno, pues esto es cosa de los chamanes, que son tan animistas cómo los mexicanos, tienen una mentalidad mágica semejante, y los dos, me refiero a los mexicanos y los siberianos, le pegan además de a los «hongos mágicos», al alcohol duro.
El caso es que esto son huellas de los chamanes, por que aquí no hay gente normal, lo demás son osos y bichos de muchas clases……..y mosquitos, ¡la madre que los parió! atacan al atardecer.
Por un lado está el bosque y por otro el lago. Se te va la vista sobre la superficie del lago, que más que un lago es un mar de agua dulce.
Si te despistas, te quedas en babia mirando el horizonte de la bahía de Barguzín con la Santa Nariz con sus picachos nevados enfrente. -Es comprensible que en el año 1997 se declaráse al lago Baikal Patrimonio de la Humanidad,
Después de encontrar las primera huellas tuve que buscar dónde dormir. Me alojé Maxímija, un caserío de madera al lado del lago Baikal donde han construido un hotelito de madera de color azul celeste, con influencia de Júpiter, tiene una docena de habitaciones y los balcones se abren frente a la estrecha playa desde donde se observa toda la bahía, con los picos nevados de las montañas al fondo.
Los chamanes adquieren su especial talante influenciados por la calma infinita del lago Baikal. El lago es como un ser vivo que tiene su personalidad, es un como ser misterioso, provisto de una potente fuerza, una tremenda energía y un magnetismo especial que hipnotiza a los humanos que pululan por sus orillas, les hace soñar con los ojos abiertos o con los ojos cerrados: o bien los hace caer en una modorra profunda, es algo neptuniano que no sabría definir, sea lo que fuere también nos atrapó a mi amigo Sacha y a mí, que dormimos casi 24 horas del día seguidas, y esa influencia que venía de la calma del lago nos hizo aflorar pesadillas del más refinado masoquismo histórico, profesional, intelectual y emocional.
En este lugar, el día de San Juan el atardecer y el amanecer se funden en un solo momento; sugiere la estancia en otros planetas frente a un mini océano pensante, del tipo de Solaris de ciencia ficción; Baikal es uno de esos huecos en el planeta, donde el tiempo tiene otras dimensiones y el espacio se dilata.
-Los post también se saturan habrá que parar para luego seguir…