En un intento de aclarar la controversia existente entre signos zodiacales y constelaciones conviene saber que los astrólogos usamos las posiciones de los planetas y de los tramos del cielo que recorren, para construir una especie de calendario reloj que nos permite observar la influencia astrológica sobre las personas y su mundo. Los astrólogos con el cielo hacemos relojes.

Las medidas astrológicas celestes las extraemos usando la eclíptica, que es la línea imaginaria que recorre el Sol aparentemente en su trayectoria anual visto desde la Tierra, lo que podemos llamar el “camino del Sol“.

Se conoce como eclíptica por ser en esa línea circular, la vía por la cual se producen los eclipses del Sol y de la Luna, de tal manera que la palabra eclíptica viene de eclipsar. Se trata de un círculo máximo de la esfera celeste que corta el Ecuador en los trópicos, es decir en los 23º 27´norte o sur.

El círculo que forma la eclíptica está dividida en 360 grados a causa de que los antiguos calcularon, grosso modo, que el Sol podía estar un espacio más allá cada día, el equivalente a dos medidas del disco solar o de la luna, y en la cuenta les salían 360 soles completos, de ahí la división del circulo en 360 grados, más o menos uno por día del año.

El zodiaco por su parte es la banda de la esfera celeste que se extiende 8 grado y medio a ambos lados norte y sur de la eclíptica, como una faja que se desplaza varios grados por encima o por debajo del camino del Sol o si quieres como la vía de un tren celeste por donde pasan todos los vagones que son los planetas.

Esta vía celeste es el camino por donde circulan todos los planetas y para poder saber en cada momento en qué lugar se localizan, se divide o está formada por doce tramos de 30 grados denominados signos zodiacales.

Las medidas celestes astrológicas se toman midiendo la posición de cada planeta por esa vía por la que transita el Sol, es decir, por la eclíptica y por la banda compuesta por los signos zodiacales y a esta posición la denominamos longitud zodiacal o celeste.

La longitud zodiacal o celeste es la distancia en grados de cualquier planeta, tomados por el circulo de la eclíptica partiendo desde el Punto Vernal o Grado 0 de Aries.

El punto Vernal o grado 0 de Aries es el punto en el que se cruza el circulo del ecuador terrestre con la eclíptica, que es aquel punto donde se encuentra el Sol en el instante de comenzar la primavera en el hemisferio norte de la tierra.

Los astrónomos toman sus medidas usando el ecuador celeste, mientras que los astrólogos construimos nuestros relojes usando la eclíptica y su división en doce partes o signos de 30 grados cada uno.

Las constelaciones y los signos zodiacales

Las constelaciones son grupos de estrellas fijas que se encuentran aparentemente próximas y que forman una figura convencional determinada. Resulta imprescindible su conocimiento para poder localizar y distinguir las diferentes estrellas en el ancho cielo.

-Pero para nuestro trabajo astrológico, es conveniente no confundir las constelaciones con los signos zodiacales. Los signos zodiacales son doce tramos del cielo, tomados desde la eclíptica, partiendo desde en punto vernal o 0º de Aries, punto este desde donde parten todas las medidas del cielo, tanto las astrológicas como las astronómicas.

Los signos zodiacales son divisiones del camino aparente que recorre el Sol a lo largo del año. Los signos son una división del cielo parecida a los doce meses del año y debido al fenómeno de la precesión equinoccial ya no se corresponden con las constelaciones de las que deriva su nombre.

Algo similar ocurre con los meses del año que también han visto desplazado su nombre respecto al orden verdadero, de tal manera que el mes de septiembre era el séptimo, octubre era el octavo, noviembre el noveno, diciembre el décimo, y sin embargo hoy día no es así aunque mantenga el antiguo nombre.

De manera similar se mantiene el nombre las constelaciones originales en los signos zodiacales, y por otro lado también se tienen en cuenta la posición de las estrellas que de verdad están en estos tramos del cielo, como se demuestra a lo largo de todos los trabajos serios de Astrología.

El sistema de constelaciones fue introducido por los astrónomos caldeos y egipcios, estos dividieron la bóveda celeste en grupos de estrellas para distribuirlos por toda la esfera celeste.

Posteriormente los griegos lo ampliaron y aplicaron sobre estas figuras su mitología, tejiendo sobre cada constelación sus leyendas y tradiciones. Los símbolos que definen a cada uno de los signos zodiacales, proceden de la simplificación del diseño de cada una de las doce constelaciones que originaron el zodíaco, pero no son las constelaciones.

Conviene que quede claro que los astrólogos creamos instrumentos medidores de los tiempos y que dividimos el camino del cielo en doce partes iguales, y cada una de esas partes de cielo conserva el nombre su constelación original.

Abraham Zacuto, el último astrónomo astrólogo, se encontró ante el mismo dilema y resolvió que las estrellas están situadas en la octava esfera, mientras que los signos zodiacales están en la novena esfera, en un plano teórico superior al de las constelaciones.

De las muchas cosas que me han dejado un buen recuerdo de Abraham Zacuto es la forma de explicar la diferenciación entre signos y constelaciones, lo que él denomina “ La novena esfera.”

En la primera parte de su libro el Tratado breve de Astrología, resuelve de una manera extraordinaria el tema de la precesión equinoccial, soluciona el conflicto entre signos zodiacales y estrellas fijas y deja claro el tema del fondo del cielo.

Zacuto dice que hay nueve esferas, en vez de ocho, que era lo comúnmente aceptado hasta tiempos de Alfonso X y su Escuela de Traductores de Toledo, artífices del Libro de la Octava esfera.

-Hay que recordar que para los antiguos, los planetas rodaban sobre una especie de esfera cristalina, como el cristalino del ojo, cada planeta en su esfera y las estrellas estaban en la octava esfera. Pero Zacuto añade el concepto de una esfera más para solventar el dilema que se veía venir con el sideralismo de los indios o el movimiento precesional de las estrellas. Para remediar este conflicto Zacuto recurre a la idea de la novena esfera. Dice Zacuto:

“En esta novena esfera es donde imaginamos que está el zodíaco de los signos, tanto para la Astrología como para los juicios, como si realmente estuviesen en ella las constelaciones de la octava esfera; porque cuando decimos que el Sol o cualquier otro planeta está en el signo de Aries o de Tauro etc, y decimos que a 11 a 10 de marzo entra el S ol en Aries, esto se entiende según la novena esfera y no según la octava- aunque en esta última es donde está realmente la constelación con sus estrellas. Lo que queremos decir cuando afirmamos que el Sol entra en Leo es que el Sol se ha desplazado cuatro signos desde la inserción que hace el Zodiaco en la equinoccial, (0 Aries)cuatro signos de treinta grados cada uno de ellos y que para designarlos, les ponemos por nombre Aries, Tauro, Géminis, Cáncer etc.”

Resulta, según esto, que al comenzar la creación estaba en grado 6 de Géminis en el equinoccio de primavera. Cuando los israelitas salieron de Egipto se hallaba al comienzo de la figura de Tauro en el referido equinoccio y entonces empezaban a contar los signos desde Tauro, mientras que nosotros actualmente comenzamos desde el signo de Aries. Así parece por las palabras del sabio Abul Hosain en su Libro, que de esta suerte contaban en la antigüedad. En el año 563 de los cristianos, que se corresponde con el año 4323 de la Creación, estaba la Cabeza de Aries en el equinoccio de primavera; entonces no se distinguía la octava de la novena esfera”.

Con esta explicación de Abraham Zacuto debería quedar aclarado el tema, sin embargo me temo que no, pues los Indios, con su afán de sujetase a la tradición han seguido usando el zodiaco de las estrellas o de la Octava esfera, han hecho algo así como los asistentes al Loveparade que una vez acabado el concierto siguen detrás del camión de la música, y para acabar de arreglarlo hay un buen número de astrólogos que se han pasado al sistema indio y están mareando al estudiante de Astrología Tradicional.

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