Estaba siguiendo la secuencia de encontrar personajes famosos que tengan a la estrella Aldebarán alineado con un planeta, y al llegar en la búsqueda a la alineación entre Aldebarán y Neptuno, me he encontrado con una extraordinaria coincidencia, resulta que cuando la estrella Aldebarán estuvo alineada con el planeta Neptuno, al mismo tiempo estaba el planeta Plutón, de tal manera que la última conjunción de la estrella ocurrió al mismo tiempo con Neptuno y Plutón, formándose una triple conjunción extraordinaria y única en su especie, lo que da para pensar que con esa alienación nacieron personas extraordinarias.

Esta excepcional alineación tuvo lugar entre los años 1890 y 1892, un par de años donde hubo nacimientos de personas fuera de serie, personas  extraordinarias, en el más amplio sentido de la palabra.

Las estrellas son muy selectivas a la hora de elevar y encumbrar a las personas que eligen, y mucho más Aldebarán que es una de las estrellas cóndor más importante.

Me he ocupado un rato largo buscando personas que sirvan de ejemplo del tremendo tirón la estrella Aldebarán cuando formó conjunción con Neptuno y Plutón al mismo tiempo. Un alineamiento de la estrella y los planetas que no había ocurrido desde el año 1399, lo que da para pensar en el nacimiento de personas extraodinarias, excepcionales, únicas en su especie.

Nacieron millones de personas entre los años 1890 y 1892, todos tenían a la estrella Aldebarán alineada con Neptuno y Plutón, pero la estrella, como siempre, eligió para poner en el pedestal más alto a las personas que consideró que tenían algo especial, que los demás no tenían, algo excepcional para merecer la atención de la “cóndor”, algo que llamó la atención del ave celeste para agarrarlas y elevarlas.

El caso más extraordinario y puro lo tenemos con Carlos Gardel, único en su especie, inmortal, nadie se elevó nunca ni se elevará jamás en el mundo del Tango a la altura de este artista francés aclimatado en Argentina.

Carlos Gardel tenía a la estrella Aldebaran junto a la conjunción de Neptuno y Plutón, además tenía a la Luna en oposición, junto a la estrella Antares, eterna oposición de Aldebarán.  Y así iba Gardel, tironeado entre América y Europa, hasta que la estrella lo “estrelló”.

Una de las cosas que me apasiona de la astrología, que me apasiona y me aprisiona, es la maravilla de los relojes celestes, que es lo que es la astrología verdadera.

Una cosa es afirmar que la estrella cóndor Aldebarán se fijó en Gardel y lo elevó a lo más alto que puede llevar un cantante en el mundo, y otra cosa es poner en hora el reloj y verlo “estrellarse”, porque eso implica demostrar una vez más que la influencia de la estrella Aldebarán se nota y que el reloj de los atacires de la muerte es una maquinaria celeste perfecta, de la que se vale el “Guionista” para marcar sus horas.

El día de San Juan de 1935 fue elegido por el Guionista para estrellar al artista y hacerlo inmortal.  Ese día, en el ciclo de 96 años, el reloj donde el Guionista escribe la hora de morir de cada persona, el atacir del Sol, llegó a al centro de la triple conjunción de la estrella Aldebarán con Neptuno y Plutón, al mismo tiempo que formaba oposición con la Luna y la estrella Antares. Otro cruce de estrellas de los cientos que llevo vistos.

Y es que esto de la astrología no se trata de creer, sino de ver y comprobar, como en cualquier otra ciencia más.

Tengo una amplia colección de personajes para mostrar.

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