Las estrellas no son humanas, tienen otros valores que no se comprenden bien en la mente de un mamífero. La estrella, a quien agarra, lo eleva sin más, lo sube a un podium y si está alineada con la Luna de una persona, la sube al podium de la popularidad, en algún momento de su vida.
Cuando la estrella arietis 29 se coloca sobre la Luna de quien sea, hombre o mujer, lo agarra y lo eleva hasta darle una popularidad exagerada, imprevisible, desmesurada, muchas veces indeseada. A la estrella no le importa, actúa de igual modo que los medios de comunicación masivos. Es más, si la estrella se agarra bien, la popularidad de la persona “agarrada” está asegurada, y puede llegar a ocupar las primeras planas de los periódicos mundiales.
El caso de Mónica Lewinsky es completamente exagerado, pero es un ejemplo perfecto del modo en que actúa la influencias “elevadora” de la estrella Arietis 29, que está en conjunción con la Luna de esta mujer, y en la Casa VII, el escenario de todo aquello que nos ocurre a causa de las relacionas de pareja del tipo que sean.
Mónica Lewinsky alcanzó una popularidad mundial que nadie hubiera podido imaginar de una mujer así. La estrella la colocó sobre un podium para que todo el mundo la conociera, llevándola a ser la mujer más popular del mundo durante un periodo de tiempo. Así se nota la influencia de las estrellas cuando tiran, cuando “jalan”, de la Luna de una persona.