Los brujos vinieron temprano, antes de amanecer, al alba, en esa hora que todo está en calma, que todo es sereno, las calles de San Martín de Teotihuacan estaban vacías a esas horas del domingo.
Llegaron a la hora acordada, Lorenzo con su poncho de lana blanca y su gran sombrero de paja con la punta plana, acompañado de Emma la sanadora. -Nosotros les llamamos chamanes pero ello se consideran terapeutas, sanadores, brujos y sacerdotes, todo junto, les llaman brujos y a ellos no les importa, están por encima de eso.-
-Nunca he visto a nadie disfrutar tanto de curar, son un par de personas parecidas a un huevo de dos yemas, en una encarnación anterior debieron ser madre e hijo, tienen una conexiones entre los Nodos y la Luna que así lo parece indicar.
El sábado por la tarde en casa de Hilda, la sanadora con fuego, que es Sagitario, tuve una sesión de astrología con Lorenzo. Los tres son teotihuacanos y forman parte de un grupo, vamos a llamarle, “chamánico”.
-Mi constitución astrológica, de siete planetas en fuego me facilitó sin dudas que empatizaran conmigo y que luego se ofrecieran llevarme a Sierra Madre Oriental, donde está, según ellos dicen, el útero viviente de la madre tierra, a hacer un ritual especial en el interior de la caverna.
En la sesión del temazcal fuimos seis personas pero en esta ocasión formamos el grupo sólo cuatro. No creo que hubiéramos cabido más personas en la poza pequeña del interior de la caverna de Tolantongo donde se realizo el ritual sagrado que acabó pidiendo agua a la diosa madre. En mi invocación fui un egoísta, pedí agua sólo para Sirventa, luego Emma pidió agua para todo el planeta………
-Cuando salimos de San Martín de Teotihuacan no sabía a dónde me dirigía ni cuantos kilómetros había hasta el destino. Durante el trayecto paramos varias veces; primero en el mercado de un pequeño pueblo que ese día festejaban al santo, ahí compré un par de aventadores para el fuego, dos armadillos de juguete, un pavo chiquitín, tres ranas que mueven la cola y la cabeza y una faja que me eligió y aconsejó Lorenzo para que me cubra los riñones y me ponga una piedra protectora en el ombligo y así estar protegido.
Luego nos detuvimos a mitad del trayecto, en una casucha al lado de la carretera donde se vendía pulque del día, aguamiel y balas de alfalfa que Lorenzo necesita para alimentar a sus borregos y sus avestruces.
La casa de Lorenzo es una especie de monasterio y barca de Noe, donde hay, aparte de avestruces y borregos, una amplia variedad de aves, pavos, pintadas, patos, gansos, faisanes y gallinas de más de media docena de clases, sin embargo es lo más parecido a un convento, aquí una foto si puede ayudar.
En la mañana del sábado anterior al viaje a Tolantongo tenía concertada una visita con Lorenzo en su casa quien muy amablemente me atendió, me mostró su capilla donde hay un icono de Cristo resurrecto cubierto por un lienzo de la Virgen adornado con varios ramos de lirios blancos de largo tallo verde que le regalan algunos de los pacientes cuando van a hacerse las “limpias” o recibir terapia chamánica a su casa.
No terminaba de contarme cosas sobre la Virgen, me enteré por él que esa especie de halo dorado que se forma alrededor de la Virgen mexicana representa a cada una de las cumbres montañosas de este país.
El icono de Cristo resurrecto que tenía detrás de la Virgen era bellísimo, pero no me impresionó tanto como la “Coatlicue”, la imagen de un dios que parece salir de una narración de Lovecraft y que según comentaba Lorenzo representa a la doble deidad de la Tierra y Venus.
Me mostró una reproducción de la “Coaltlicue” que permite ver también la parte de debajo de la imagen, que es donde está inscrito el símbolo de Venus, la rosa de cuatro puntas, la cruz sagrada de los teotihuacanos que está inscrita en la piedra en la subida del campanario de la Iglesia de San Juan Bautista, en San Juan de Teotihuacan.
La escultura original pesa varias toneladas y tiene varios metros de altura, se la llevaron al Museo Antropológico hace tiempo. -Unos días después me fui a buscarla y pude tomar unas instantáneas.
En la base de la imagen, en la parte del centro, se observa claramente el símbolo de Venus, además la postura en la que está el ser antropomorfo que es idéntica a las representaciones de Venus en varios códices mayas y también se parece mucho a la deidad de los frescos del palacio de Tetitla de Teotihuacan, una imagen que permite ver la transición o transformación del dragón celeste o serpiente emplumada, en águila.
Con el tránsito de Saturno por Leo, Lorenzo Trujillo se había transformado en el chamán sacerdote más veterano de Teotihuacan, me contaba que se iba a responsabilizar de oficiar el ritual de la nueva Era en el 2012 en lo alto de la pirámide del Sol el 20 de mayo del 2012, pues en ese día, el planeta Venus aparecería más alto que nunca en el cielo brillando por encima del Sol como jamás se ha visto antes.
– Cuando me dijo esto, en un primer instante, pensé que Lorenzo estaba fantaseando pues resulta imposible de toda manera que el planeta Venus resplandezca en lo alto del cielo, eso es simplemente imposible.
Pero en esos momentos tenía el ordenador conectado con el programa Kepler de Miguel dispuesto de tal manera que tecleé la fecha del 20 de mayo del 2012, para ver si había alguna cosa que me dijera algo y, a primera vista observé que ese día había una Luna nueva, pero al fijarme un poco mejor me di cuenta de que se trataba de un eclipse, así que procedí a calcular la trayectoria de la sombra del eclipse y entonces vi que la cola del eclipse terminaba justo encima de Teotihuacan y vi que el planeta Venus queda en una zona del cielo donde es imposible verla normalmente, pero si en esta ocasión a causa del eclipse.
Me causó admiración que Lorenzo supiera con tanta precisión que iban a tener ese espectáculo, pero no por el cálculo del eclipse, que eso lo puede hacer un buen astrónomo matemático, sino por saber que la sombra iba a terminar precisamente en esa zona del mundo, eso es lo extremadamente difícil de calcular y que yo puedo saber gracias al genio de mi amigo Miguel y su programa Kepler.
Lorenzo era el sacerdote indígena que pensaba oficiar en Teotihuacan la ceremonía de la aparición del Lucero del Alba en su máximo esplendor, junto a él participaría el consejo de ancianos y mucha gente más venida de diversos lugares del mundo.
-Por la mañana temprano, antes del amanecer, con Lorenzo conduciendo el Ford rojo 4×4 me vi arrastrado monte arriba en la Sierra Madre Oriental hacia un lugar que nunca hubiera podido imaginar, acompañado por las dos brujas salimos por la carretera de Teotihuacan, hasta conectar con la autopista de México norte, de ahí a una carretera comarcal que pasa por Hidalgo, más adelante cambio de carretera más estrecha que va subiendo serpenteando por las enormes montañas que forman el macizo de la Sierra Madre Oriental, allí donde se unen tres estados, algo semejante a la triple frontera de Brasil, Argentina y Paraguay, donde vi la masa de agua dulce en movimiento más grande de la tierra que me impresionó profundamente, nunca el agua me había impresionado tanto, hasta llegar a este lugar de Sierra Madre.
El asfalto desapareció de la vista y entramos en una pista de tierra batida que empieza a descender a las profundidades del barranco más grande que he visto en mi vida.
El único lugar que tiene un poco de parecido es la zona de los Alpes que ve cuando viajas desde Grasse, el pueblo del perfume, hasta la Barcelonette donde se helaron las vides que producían un vino blanco generoso que tenía la virtud de dejar el pelo crespo y que sus gentes emigraron a México, por un momento pensé que los descendientes de estos catalanes que llevó a los Alpes Felipe II, pudieran estar en este lugar, pero pronto me di cuenta que no, aquí no se dan las vides, hasta antes de entrar en este profundo barranco húmedo todo el paisaje está cubierto de chumberas, las hay a millones que aquí les llaman nopales.
Hay miles y miles de piteras pero más grandes, mucho más grandes que cualquiera de las especies de piteras que tenemos en Sirventa, las de aquí son parecidas a las un solo color verde que luego, cuando florecen, hacen un palo largo y arriba nace una copa de bellísimas flores blancas.
Durante horas de viaje, antes de llegar a la caverna de Tolantongo el paisaje es muy árido, demasiado árido y seco para que puedan sobrevivir las viñas, en este lugar abundan las cactáceas y las plantas crasas como el agave con que fabrican el tequila o el maguey con el que hacen el rico pulque, pero vino blanco generoso no creo que se pueda criar en estos lugares, además el suelo es arenoso silíceo carente cal y así no se pueden criar vides.
Emma no para de hablar y de gesticular, parece que rebota de su asiento cuando vuelve la cabeza para hacer algún comentario, es igual que mi abuela, los mismos ojitos picarones, la misma sorna, la misma fuerza que da ese fuego de primavera, pero con 61 añitos de nada.
Con Lorenzo se me ha cruzado una “metanoia” aún más compleja, es como si se tratara de mis amigos ya fallecidos, Lorenzo y Pepo, Tauro el primero y Leo Aries el segundo, como Lorenzo el chaman, de tal manera que me resultan absolutamente familiares y los comprendo perfectamente y ellos a mí, así que me siento a gusto en su compañía.
Al entrar en Sierra Madre, el paisaje cambia completamente. He dormido, me he despertado, he vuelto a dormir, no sé ni qué hora es, no tengo reloj, me da rollo preguntar qué hora es, pero llevo dentro del coche traqueteando desde antes del amanecer y ya es mediodía y seguimos en marcha hasta llegar a la pista de tierra que desciende y desciende serpenteando con curvas cerradas que te asoman a un vertiginoso barranco que te aprieta el ombligo de verlo.
En este lugar se crea un microclima sorprendente, se pasa de un terreno caliente y seco, árido, casi estéril a un terreno cálido fresco y húmedo, fértil donde se cultivan numerosas especies vegetales, piñas, mangos, frutas tropicales que para mí son desconocidas y toda una variedad de plantas aromáticas y medicinales que son endémicas del lugar.
Paramos en un par de ocasiones a recoger unas hierbas al lado del camino, más delante ya aparecían unos carteles prohibiendo la recogida de plantas. En el fondo del gran barranco discurre un río de aguas calientes que nace en el fondo del enorme barranco, mana desde una enorme caverna que tiene la forma parecida a un enorme sexo de mujer.-No es que lo diga yo o que sea un maníaco sexual, lo dicen todos, lo anuncian así, es el coño de la madre tierra, así lo dicen.
Hubo un momento en el que el 4×4 quedó aparcado con todas las pertenencias, ropa y cámara incluidos, el agua y el vapor ambiental no permite fotos. Terminamos de hacer el trayecto andando siguiendo un angosto camino pegado a las rocas desde donde se ve allá abajo, al fondo, el río caliente humeando, caminamos hasta llegar a la pared rocosa desde donde cae una catarata de agua fría de más de cincuenta metros y que hace de cortina para entrar en la cueva del “útero” de la tierra madre, desde donde mana el río interior de agua caliente.
La temperatura ambiental es fresca, yo tengo frío, además no pega sol y ahora tengo que meterme debajo de una catarata de agua fría si quiero entrar en la cueva del agua calentita.
-Recorcholis, con la poca gracia que me hacia el agua fría, brrrrttt. ¡Hala¡ para adentro, bbbrrirtttssssss ssschhhh blip… dentro. Agua calentita que bien.
Las cuevas por dentro, como es de imaginar, no tienen luz, al poco que andas todo está oscuro, el agua caliente cubre bien, en ciertos momentos el agua de llega al cuello y flipas un poco y dices: Dios mío en que lío me he metido una vez más. Ya estoy otra vez con el agua al cuello. ¿No había venido a México a trabajar y ya está? pues no, nada de trabajo, metido en el coño de la madre tierra con el agua al cuello siguiendo a tres brujos locos en una alcantarilla natural.
-Cincuenta metros adentro ya funcionas al tacto, había que subir un desnivel de unos tres metros con el agua caliente cayéndote encima, parece imposible que pueda uno subir por ahí, pero subes y subió Emma con sus bastantes kilitos de más y subió Hilda y subí yo y seguimos andando hasta el final de esa especie de útero de la montaña donde había una charca redonda que nos permitió sentarnos dentro del agua y formar un círculo cuadrado entre los cuatro y allí Emma inicio el ritual.
El ritual de Emma es el mismo que oficia dentro del temazcal, en realidad un lugar así debió ser el origen del temazcal, aquí el agua caliente y los vapores brotan de la misma tierra, no hace falta calentar nada, todo está caliente. Aquí ya no hay emoción sensual, ni sexual, aquí uno es esperma, vida, energía, que sé yo, está uno en otra cosa difícil de explicar, porque es un sentimiento, algo así como el principio, aquí se vive una regresión de tres pares de narices.
– Ahora bien, regresión, regresión, descarada regresión la que experimenté luego en la parte ancha y grande de la caverna que está un poco más abajo y donde fuimos después de salir de este lugar de iniciación.
-La caverna exterior por donde mana la mayor parte del agua es enorme, es como una gran balsa plana cubierta de rocas enormes, saliendo del fondo de los rincones torbellinos de agua caliente humeante y desde el techo grandes chorros abiertos de agua fría unos, y de agua caliente otros, un súper hiper yacusi total, increíble, imposible de explicar. Allí nos quedamos sentados dentro de agua pegados a una pared del fondo, por la derecha venia agua un poco fresca, desde arriba caía un chorro de agua caliente del tamaño de un cubo y por la izquierda llegaba un suave fluir de agua caliente. Hubo un momento en que me deje flotar, Emma me sujetó la cabeza y Hilda me sujetaba la mano izquierda, el agua manaba y caía en mi cabeza y me sentí igual que la primera vez que me bañaron al poco de nacer……………………… estaba renaciendo.